CINCO

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BITTER SWEET SYMPHONY

Faltaban catorce minutos para las 7:00 am e impartiera la primera clase del día

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Faltaban catorce minutos para las 7:00 am e impartiera la primera clase del día.
Peter aún se encontraba en el vagón del tren, esperando su parada justo en frente de Midtown.
Se sostenía de un tubo sólo con su mano derecha, ya que el hombro izquierdo le dolía a horrores. Era mejor evitar cualquier movimiento, no fuera a ser que le sangrara.
Habían momentos en los que hacía gestos de dolor o incluso salían pequeños quejidos de su garganta. Ya un par de veces la gente lo veía extraño al estar de quejumbroso, pero bueno, a ellos no les habían disparado sin razón en la noche de ayer.

El tren frenó, abrió sus puertas indicando que ya habían llegado a la estación en la que debía bajar y su viaje finalizó.
Salió del vagón y caminó mientras escuchaba "Bitter Sweet Symphony" de "The Verve" por sus auriculares. Sin embargo, su melodía era tan encantadora y era inevitable no amarla. Y bueno, lo hacía sentir parte de un vídeo musical.
Le daban ganas de bailar conforme los violines sonaban.
También recordaba la escena final de "Cruel Intentions", cuando reparten copias del diario en el funeral de Sebastian y se descubre todo sobre la triste vida de su hermanastra Kathryn.
Vaya, una de sus escenas favoritas... que por cierto nadie sabía. Ni siquiera Ned, sentía que se burlaría de él.

Llegó a la entrada del instituto y subió las escaleras trotando,adentrándose. Caminó por todo el pasillo hasta llegar a su casillero. Lo abrió e intercambió su libro de Historia por el de Español. Cerró el locker y detrás de la puertilla apareció Ned recargado sobre el casillero de a lado.

— ¡Hola! — Peter dio un pequeño salto y cerró los ojos en forma de alivio para después contar hasta tres, abrirlos y observarlo.

— ¿Qué tal, Ned? — preguntó sin ánimos y quitó los audífonos de sus oídos. Andaba demasiado paranoico por lo de anoche, lo cual no tardó mucho que su amigo lo notara y se preocupara.

— ¿Pasa algo? — se colocó a su lado y ambos comenzaron a caminar hacia sus respectivos salones.

Peter soltó una gran bocanada de aire y le contó: — Anoche me hirieron — habló cabizbajo y agarró una de las correas de su mochila.

— ¡¿QUÉ?! — fue tan fuerte su grito que por un momento todos pararon de hacer sus cosas para verlos con unos ojos fulminantes. Era chistoso porque parecía que el mundo se había puesto en pausa.
Peter, apenado, miró al rededor en forma de disculpas y agarró a Ned por el brazo para guiarlo a salir al patio central lo más rápido posible.

— Te agradecería que no gritaras nuestras conversaciones. — Peter también lo miró mal y Ned negó.

— Perdona viejo... Es sólo que...

Oneself » Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora