Alyssa está enamorada del increíble hombre araña.
Alexis está enamorada del inteligente Peter Parker.
Peter está deseando ser el loser invisible otra vez.
Esta historia está basada en SPIDERMAN: HOMECOMING.
No tiene relación con los cómics.
Las idea...
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Sus labios se juntaron, encajando a la perfección, manteniéndose quietos. Los músculos del chico se tensaron, era lo último que esperaba en su día. Peter, asombrado, aún se encontraba con los ojos abiertos, no tenía ni la menor idea de lo que estaba sucediendo. Charlotte por su parte, dió una pequeña caricia en la mejilla del castaño con su pulgar, sin mover sus labios. A ella le parecían pequeños pero suaves los labios de Peter, y a él le parecían esponjosos y calidos los labios de Charlotte. Aunque sonase ridículo, sentía que posaba su boca sobre unos bombones rosados y dulces.
Era un beso simple, pero necesario. Era hora de que dejaran todas las viejas emociones atrás, todas las dudas y todas las curiosidades. Quitarse esa espinita del cuerpo. Era tiempo de cambiar de página, ésta era una nueva etapa.
Pasaron tan solo seis segundos y ambos se separaron.
Charlotte abrió sus ojos con lentitud, mientras Peter seguía viéndola pasmado y abriendo su boca en forma de 'O'.
Las mejillas de la fémina se tiñeron de un rosa pastel y una sonrisa apenada se formó en su fino rostro, mientras que el otro joven llevaba su mano a la frente, tratando de procesar todo.
— Oh no — habló por fin Peter — No no no no no.
La felicidad de la joven Kindelan se esfumó automáticamente al escuchar sus negaciones.
— Peter, ¿qué pasa? — retrocedió un par de pasos para presenciarlo mejor.
— No — talló su frente y negó rotundamente cerrando sus ojos.
— ¿No? — frunció el ceño.
— No puedo, Charlotte. No está bien — ella le echó una mirada, dandole a entender que seguía sin comprender a lo que se refería —. No puedo hacer esto, de verdad lo siento.
Aturdida, parpadeó varias veces, para después dejar caer sus ojos al piso.
— Yo... lo siento...
— ¡No! ¡No te disculpes! — dejó ir el aire acumulado de sus pulmones — Me refiero a que...
— Nos dejamos llevar — apresuró, encogiéndose de hombros y formó círculos con su píe en el azulejo —. Supongo que era simple curiosidad — hizo una mueca con su boca.
— Sí... pero...
— Sólo regresemos... a la normalidad — le cortó por segunda vez en la conversación. No estaba dispuesta a escucharlo o seguir esperando a que él encontrará su excusa perfecta.
