-SHAYNAAAA, SHAYNAAAA- Podía escucharse la voz de mi odiosa madre. No le presté atención y seguí con los audífonos puestos.
-SHAYNA, VEN AQUÍ EN ESTE INSTANTE- Bajé para ver que quería, sólo para que se callara de una vez.
-¿Qué quieres, mamá? -Pregunté con desgano.
-Te llegó...esto- Dijo, levantando un sobre color madera.
-¿Q...qué es eso?
-¿Y cómo quieres que lo sepa? Acaba de llegar- rueda los ojos y se pone a leer- "Queremos felicitarla, señorita Shayna Maddison Velazquez, por haber sido admitida en- Hace una pausa y continúa leyendo- el CPM.
(Colegio de Prodigios Musicales)
Felicitaciones, y sepa que estaremos muy agradecidos de tenerla aquí con nosotros.
Atte: Sus directivos."¿CÓMO DICES QUE DIJISTE?
-¿ESTÁS HABLANDO EN SERIO?- Dije con cierto tono de emoción en mi voz.
-¿SHAYNA QUE CARAJOS ES ESTO?- Dijo mi madre, colocando bruscamente el sobre en la mesa.
-¿No tendría que ser una alegría para tí? Me voy a Canadá a estudiar música, mamá, ya no tendrás que soportarme.
-¿Y desde cuándo tocas instrumentos?- Preguntó, ignorando completamente lo que dije.
-Desde pequeña, lo sabrías si me hubieses prestado atención, y no estuvieses haciendo... lo que sea que hicieras. E ir a ese colegio es uno de mis sueños, te lo he dicho varias veces.
-No sé que es eso, pero sé que definitivamente no irás- Dijo, ignorandome nuevamente.
-Ya tengo 18 años, no necesito a mi madre para que me diga lo que puedo hacer y lo que no.
-Tendrás 18 años y todo lo que quieras; pero vives bajo MI TECHO, y haces lo que yo diga.
-¿A sí? Entonces alégrate, porque desde este momento, no vivo más "bajo tu techo".
That's my girl .
Subí las escaleras, empaqué mis cosas y tomé mi guitarra. Estaba dispuesta a salir por esa puerta a quien sabe que lugar, esperando a que llegara el día que debía irme. Baje las escaleras, y antes de irme escuche a mi madre gritar.
-No llegarás a ningún lado con esa guitarra.
-Eso ya lo veremos- Dije antes de cerrar la puerta e irme.
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Abismo
Fiksi PenggemarTodos pensaban que él era demasiado fuerte, lo que ellos no sabían es que él apenas podía continuar.