Diario de una adolescente

Te odio

Te odio.

Si, a ti.

Odio todo lo que haces, odio amarte.

Odio odiarte, odio tu manera de tratarme.

Odio tu forma de quererme. Odio esas mierdas de buenos días que me das, (si es que me los das).

Mira todo este odio que has conseguido. Te parecerá bonito. Y la verdad es que sí.

Tenías tus verdades, y tus mentiras, y yo creyendo que eran lo mismo.

Odio la manera en la que mientes a la gente respecto a nosotros. Tampoco tienes que dar explicaciones a nadie de lo que somos o dejamos de ser.

Pero para desnudarse no hace falta quererse, porque a veces solo basta con odiarse.

El amor y el odio dependen de un hilo, y ahora no sé, si me enamoré del odio o comencé a odiar al amor.

En cuestión de personas, a veces, lo que vuelves a ver después de un tiempo, te da asco. Casi el mismo asco que saber, que antes ya era lo que ves ahora, solo que yo no lo veía.

Te odio como nunca quise a nadie y te quiero como siempre quise odiarte.

A veces digo que te odio para ocultar que te amo, y es que al parecer si dices te odio la gente lo valora más que un te amo.

Recuerdas cuando odiabas que te dijera 'te odio', nunca quisiste que lo haga. Pero ahora que lo has conseguido que eso ya no importa. Porque te dejé de importar hace mucho tiempo.

Odio el saber que todo lo que fuimos se quedó en un recuerdo.

En otra vida, quisiera ser la oportunidad que nunca nos dimos.

Estoy cansada, cansada de llorar, cansada de gritar, cansada de ver que se acerca mi cumpleaños y fuimos de mal en peor, cansada de no poder tocarte, cansada de no poder besarte, cansada de no poder follarte... cansada de fallarte, cansada de odiarte.

Y he de decir que odiarte es muy agotador.

Pero en mi defensa, diré que siempre tuve más ganas de quererte que de odiarte.

Te odio (te amo).