Menos de cien palabras.

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Muchas veces me he preguntado la razón por la cual ya no estás aquí. Muchas horas sin dormir, repletas de dudas.
Pero hoy me he dado cuenta de que seguramente fue mi culpa. Sólo mía. Por intentar hacer sonreír a alguien que no quiere, por dar todo por alguien que da la mitad. Por hacer esfuerzos y encontrar reparos. Por dar abrazos con ganas y encontrarlos sin ellas.
Y sí, es lo que pasa cuando sabes que algo va a salir mal y te lanzas a la piscina con ganas. Y mira que sé nadar, pero aún así me ahogué, claro.
Pero no te preocupes, aparecerá alguien y seguiré dando todo por nada. Nací así y, aunque duela, seguiré.
Y aquí en menos de cien palabras, te lo explico.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora