Capítulo 1

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Al igual que en el aeropuerto se plantó en la puerta y observó cada detalle. Era algo muy típico de ella, observaba todo pero muy pocas veces decía algo.

Un amplio salón fue lo primero que vió y en la esquina un gran mostrador, donde se encontraba un hombre calvo pero con pinta de ser simpático.

Sin muchos ánimos se acercó y preguntó por su habitación.

- Habitación 0310 pasillo 3A. Que tenga linda tarde señorita Evilsor y sepa que estamos a su disposición para todo lo que necesite -le sonrió luego de entregarle un manojo de llaves.

Agradeció y emprendió camino a lo que sería su nuevo lugar, como ella solía llamar a su antiguo cuarto.

A medida que avanzaba se sorprendía cada vez más de las dimensiones del edificio y de la cosas que lo componían. Supo enseguida que el área más transitado debía ser aquella sala de estar, no estaba mal -pensó- debía admitir que tenía muy linda vista.

Una vez frente a la puerta 0310 en el pasillo 3A introdujo la llave en la cerradura y giró el pomo encontradose con un espacio amplio e iluminado.

Este parecía estar dividido invisiblemente ya que de un lado se encontraba todo decorado y del otro solo lo adornaba la cama, una biblioteca de techo a piso, un armario y el escritorio delante de la ventana. Agradeció interiormente que su compañera haya tenido tal consideración.

Comenzó tendiendo la cama para luego acomodar sus libros en la gran biblioteca que por cierto le encantó. Ella amaba leer por sobre todas las cosas aunque también tocaba la guitarra pero no le prestaba mucha atención, solo lo hacía cuando estaba sin ánimos de leer y eso casi nunca ocurría.

Al terminar de ordenar perfectamente todos y cada uno de sus preciados libros se dirigió a la valija, la abrió y comenzó a guardar su ropa en el mueble. Ni siquiera había colocado cinco prendas cuando la puerta se abrió bruscamente y por ella entró una muchacha que al parecer estaba apurada.

- No se les ocurra entrar, aún no he terminado con la decoración y no pienso dejar que.. -la chica se detuvo al instante al ver a alguien en su habitación.

- Mm oye no quiero ser grosera pero ¿Qué rayos haces aquí? -no era para nada su intención sonar malvada o despectiva pero las cosas nunca le salen como quiere.

- Esta es mí habitación.. nuestra, mejor dicho -recalcó con tono obvio la recién llegada de Argentina.

- Oh diablos lo olvidé, cierto que han avisado que hoy llegabas.

Ella solo suspiró y dió media vuelta para seguir con su labor.

- Okeey, emm - no sabía que decir, aquella chica ni siquiera había tenido la educación de presentarse - ya que no comienzas tú, lo haré yo. Me llamo Amber Turnerlynn, tengo 16 y seré tu compañera de cuarto.

La rubia extendió su mano esperando que la castaña correspondiera, quién aunque tardó algunos segundos lo hizo.

- Aria Evilsor.

Separaron sus manos y cada una volvió a lo que hacía. Amber buscaba algo desesperadamente por toda la habitación mientras Aria seguía doblando y guardando ropa.

Todo iba normal hasta que la canadiense pasó corriendo de su lado al de la argentina llevándola por delante, chocando con la cama y golpeando la biblioteca. La castaña que aún seguía en el piso dió media vuelta deseando que sus libros no hayan sufrido ningún daño. Suspiró, cerró los ojos y descansó en el suelo al ver que todo estaba en orden.

- Lo siento hubiese sido lamentablemente que tus libros se..

Un fuerte estruendo interrumpió el diálogo. La joven Evilsor se puso de pie al instante y observó horrorizada como una cantidad importante de libros yacía en el suelo y a otros que seguían cayendo.

- Yo.. ay no, no, ay perdón - decía Amber mientras trataba de atrapar aquellos que todavía no habían tocado el suelo.

Por supuesto eso no sirvió de nada ya que más de una docena de libros caían al mismo tiempo. Luego de que el bullicio terminó Amber muy apenada intento recoger algunos de ellos, sin embargo la detuvieron.

- Sueltalos y vete - la voz de la joven salió fría y dura.

Le arrancó el libro de las manos y se arrodilló esperando que todos estén intactos.

- Oye discúlpame fue un accidente yo no quería..

- Que te largues dije.

Ni siquiera la miraba -pensó enfurecida la rubia. Se acercó a Aria la tomó del brazo poniéndola de pie y le habló firmemente mirándola a los ojos.

- Mira fue un accidente ¿Okey? Me he disculpado más de una vez y no pienso volver a hacerlo.

Aria miró la mano que permanecía en su brazo. Con asco Amber la quitó.

- No me interesa lo que pienses o no.

Cada vez se sorprendía aún más de la actitud de la chica ¿Qué problema tenía con ella? Solo derribó unos cuantos y estúpidos libros no es para que se ponga así -pensó-. Pero lo que ella no sabía es que aquellos "estúpidos libros" eran lo más preciado para su nueva compañera de cuarto.

- Mira me voy solo porque no quiero seguir viendo tu estúpido y horrendo rostro -tomó su bolso.

- Está bien para mí -encojiendo los hombros se colocó los auriculares y comenzó a ordenar ahora los libros; la ropa podía esperar.

Enfurecida salió la rubia dejando la puerta abierta.

Aria revisó y acomodó cada uno de los libros que gracias al cielo no sufrieron ningún daño. Para ese entonces su ánimo había mejorado aunque seguía un poco molesta con su estúpida compañera. Sin embargo decidió no enfocarse en ello y prefirió seguir organizando todo.

La música resonaba en sus oídos, al principio solo movía los labios cantando silenciosamente pero luego llegó Happier de Ed Sheeran y no logró contenerse. De su garganta salían las palabras cantadas suavemente, afinando a la perfección. Ella lo sabía, sabía de su don para el canto, de todos modos nunca le importó. No quería ser famosa por su voz, en realidad no quería ser famosa y punto.

Colgó, dobló y guardó cada prenda hasta dejar la maleta totalmente vacía, terminando así su trabajo. En cuanto cerró las puertas del armario dió vuelta sobre sus pies y abrió los ojos enormemente.

Allí frente a la puerta habían más de 4 personas mirando en su dirección totalmente embelesados. Cuando se dió cuenta de la gravedad del asunto ya todos estaban aplaudiendo.

Una melena rubia volvió a asomarse y aplaudió lentamente, con la ironía emanando por cada poro.

- Felicidades por tu hermosa voz, no sabía que tenía una futura estrella como compañera.

Eso a Aria le molestó a un más.

- Quiero que se larguen de aquí tú y todos tus amigos.

La empujó fuera de la habitación y cerró dando un portazo. Se apoyó contra esta y suspiró. Primer día y todo había empezado mal. Ella esperaba, más bien deseaba que las cosas cambiarán. Este lugar era su única salvación, si todo se salía fuera de control esta vez no iba a poder huir. No de nuevo.

InexorableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora