Inexorable

Capítulo 7

Shawn se escabulló detrás de la barra de bebidas y la observó. Allí estaba, parada a un lado de la entrada con una manta sobre los hombros, contemplando la tormenta que se desataba sobre Canadá. De vez en cuando, la adolescente estiraba una de sus manos para así sentir como las gotas caían sobre ella empapandola, para luego volver a cruzarse de brazos y apoyar su barbilla sobre las muñecas. 

A él observarla cuando ella no se da cuenta le resulta entretenido, lo disfruta en sobremanera incluso a veces juega a intentar reconocer que emociones o pensamientos surcan por la mente de la chica, basándose en la expresión de su rostro. Pero por desgracia el joven Mendes siempre resulta perdedor. Nunca logra descifrar nada, su semblante es el mismo constantemente; frío e inexpresivo. Sin embargo a él le parecen los rasgos más hermosos que alguna vez haya visto. 

Luego de lo que parecieron horas Aria volvió a la habitación, tomó lo primero que vio de su armario, se adentró en el baño, se vistió, lavó sus dientes, apagó las luces y se acostó. Sin esperar a que el castaño también haga lo mismo se dejó llevar cayendo en los brazos del morfeo.

Cinco minutos más tarde el cantante entra a la habitación 0310, se acerca a la cama de la chica y la ve durmiendo plácidamente. Se permite admirarla un momento; cejas pobladas pero bien definidas, pestañas largas, nariz fina y respingada, labios carnosos, cabello castaño que llega por debajo de la cintura. Es simplemente hermosa. 

Cuando se siente demasiado acosador decide echarse en la cama de su amiga Amber - quién se ha ido de fiesta con sus amigos - apaga la lámpara, que descansa sobre la mesa de noche y se dispone a dormir.

Treinta minutos después se comienza a oír pequeños gemidos de dolor, decide ignorarlos. Pero pasado cinco minutos esos leves gemidos comienzan a ser gritos. Exaltado se pone de pie y observa como Aria se remueve en su cama, gritando como si estuvieran asesinándola.

- ¡Aria! Aria por favor despierta -sacude delicadamente a la aludida. No despierta.

- ¡ARIA, POR FAVOR DESPIERTA! -la abraza fuertemente.

Ella deja de sacudirse por un instante para luego comenzar a golpearle el pecho desesperadamente.

- ¡Déjame, suéltame de una vez! -grita.

- Cariño soy yo, Shawn, tranquila - la pega más hacia si; pero no hay caso ella sigue negándose. 

Grita que la suelte que la deje en paz, mas el castaño no piensa hacerlo. Sin embargo cuando escucha salir de sus labios "por favor no me hagas más daño" la libera. Ella se lanza rápidamente al suelo alejándose lo más posible de él, sin embargo cuando su ojos reconocen al muchacho sus músculos se relajan. 

Las pesadillas no han cesado desde hace dos años cuando todo ocurrió, pero últimamente eran mucho peores, hay noches en las que no pega ojo y eso la preocupa.

- Siento haberte despertado - dice una vez que logra calmar el llanto. 

Él la mira desde la cama y contesta con vos calmada. 

- ¿Estás bien? - recibe como respuesta un asentimiento de cabeza. 

- ¿Por qué me mientes?

- No te miento - contesta secamente. 

- Sí lo haces, por favor Aria hace segundos estabas llorando, gritando y pegándome. No puedes estar bien..

- Si ya sabes la respuesta ¿Para qué  preguntas? - lo interrumpe. 

- Porque quiero que tú seas quién me lo diga, puedes desahogarte conmigo. Confía en mi. 

Ella se pone de pie para segundos después tomar asiento a un lado de Shawn, abraza sus rodillas y apoya la barbilla en ellas.