No despertaron abrazados o acariciándose mutuamente. Siquiera amanecieron juntos. Cuando el castaño abrió los ojos se encontró con la habitación en penumbras y el otro lado de la cama desocupado. Confundido y casi molesto hizo sus necesidades y se vistió para luego salir en busca de Aria.
Desayunando en una de las mesas del campus mientras leía un libro y escuchaba música se encontraba la adolescente. La realidad es que lo que menos estaba haciendo era prestarle atención a las palabras impresas en aquel papel. Tampoco llegaba a identificar lo que se reproducía en sus odios a través de los audífonos. Sólo podía pensar en lo acontecido hace horas. ¿Cómo pudo haberle contado todo? O bueno, casi todo. No entiende que fue lo que cruzó por su mente al abrir la boca. Ni siquiera se sentía capaz de poder mirarlo a los ojos. ¡Le rogó que durmiera con ella! Quería acuchillarse ella misma.
- Buen día, si que te has venido lejos eh. Te he buscado por más de cinco minutos - aparece Mendes interrumpiendo sus pensamientos un tanto suicidas.
- Buen día.
- ¿Has dormido bien luego de lo de anoche?
Por alguna extraña razón, que ella intenta ignorar, anoche durmió como un bebé. La canción y las caricias que le brindó el castaño fueron suficientes para tranquilizarla. Y que decir de sus brazos que se mantuvieron rodeándola todo el tiempo. Nunca se había sentido tan bien, tan protegida. Era una sensación extraña pero no le desagradaba del todo.
- Sí, gracias.. por todo - se arma de valor y lo mira a los ojos.
- No tienes porque darlas. ¿Tienes algo que hacer hoy?
Ella lo piensa un segundo. Que es mejor ¿Quedarse encerrada, torturándose por lo idiota que fue, o salir con el castaño?
- Hasta el momento nada - muerde una manzana.
- ¿Tienes ganas de seguir recorriendo el país?
- Por supuesto.
- Bien, pasaré por ti en media hora - y sin más se alejó de ella colocándose las gafas de sol.
Sin querer darle más vuelta al asunto Aria se puso de pie dirigiéndose a su habitación, donde la esperaba Amber con mirada interrogante.
- Buenos días - saludó la castaña sentandose en su cama que al parecer Shawn había ordenado.
- Buenos días serán para ti, al parecer has tenido una buena noche también eh - la rubia eleva ambas cejas mientras se posa en su cara una sonrisa burlona.
- ¿De qué hablas?
- Oh vamos, no finjas conmigo.
- ¿Qué se supone que estoy escondiendo? - pregunta con todo cansino.
- Quizás esto te refresque la memoria.
Y es entonces cuando Amber muestra una camiseta negra con las siglas TAKE ME HOME a la altura del pecho. No era una simple camiseta, era la camiseta de Shawn, con la que él durmió la noche anterior.
- Ni siquiera pienses en mentirme, sé perfectamente quién es el propietario de esto - se la lanza- así que Shawn, eh.
Se sienta junto a ella y la codea, Aria no puede evitar reír.
- No ha pasado nada de lo que te estés imaginando.
- Claro sí y yo soy virgen.
- ¡Hablo en serio, Amber!
- Si tú lo dices. Oye ¿Tienes algo qué hacer hoy?
Era extraña para ambas el estar manteniendo ese tipo de conversación pero que más daba, debían comenzar a llevarse bien, soportarse al menos, si después de todo iban a pasar juntas los próximos dos años.

ESTÁS LEYENDO
Inexorable
FanfictionMiró a su alrededor y aspiró fuertemente. Al fin estaba allí, lejos de todo y de todos. En paz, a solas. Como debía ser. O así lo creía ella, hasta que llegó él y le demostró lo contrario.