Capítulo 3

9.1K 963 73
                                    

Coral

Hacía ya más de dos horas que el concierto había concluido. Anabella y Dany como era de esperarse hicieron magia en el escenario cuando les tocó cantar juntos. En especial las chicas habían gritado emocionadas el nombre del cantante masculino que aunque saben es gay, es demasiado atractivo para que a pesar de ello no les alborote las hormonas a muchas de ellas.

Por mi parte creo haber dicho que soy una fiel fanática de la música de ese par, crecí junto a ellos, viéndolos luchar por sus sueños con todas sus fuerzas, escuchándolos hablar de cómo querían conquistar al mundo con su música, el cual por supuesto han conseguido y sobre un escenario cada uno brilla con luz propia, en su estilo, claro. Sin embargo, si dijera que en esta ocasión como muchas otras les había prestado la debida atención, mentiría.

Durante toda la noche me ha sido casi imposible no tener toda mi atención puesta en él, aunque no pudiera decir que Ivo hubiera hecho algún esfuerzo por mirarme, y fue algo que, irremediablemente, me hizo sentir furiosa de alguna forma, aun cuando no debiera sentirme de ese modo, después de todo, ¿qué somos él y yo? Nada por más que yo aspire a ser su, ¿todo?

Mis pensamientos quizás parezcan estúpidos, pero de pronto comencé a desear que alguien y con ese alguien, solo pude pensar en él porque es el único hombre que ha logrado llamar mi atención en toda mi vida, me mirara de la misma forma que Eros mira a Anabella, quien se muestra babeando por ella y orgulloso de verla brillar en el escenario, o en el momento en que juntas nos habíamos abierto paso en la pista para bailar y él la miraba desde arriba como si fuera la estrella más hermosa y brillante del mundo, completamente enamorado.

No puedo evitar el gran vacío que siento en el pecho y las ganas que tengo de irme, al igual que lo hizo Daniel una vez concluido el concierto. Este se disculpó diciendo que tenía un compromiso con la única mujer a la que nunca le fallaría; su madre.

—¿Desde cuándo fumas, Ivo? —pregunta Eros, viendo a su mellizo encender un cigarrillo y llevárselo a la boca. Da una calada para después soltar el humo.

¿Fuma?

—Desde hace muy poco. Me relaja —contesta, casual y da una segunda calada, expulsando de nuevo el humo, llenando el ambiente con ese olor desagradable. Me molesta que fume, puesto que, no es bueno para los pulmones, aunque respeto el hecho de que cada quien tiene derecho a hacer lo que se le venga en gana.

—¿Te relaja dices? No seas imbécil. Esa mierda joderá tus pulmones y terminará matándote, ¿es lo que quieres?

Ivo pone sus ojos en su hermano, no sin antes expulsar el humo de su cigarrillo importándole nada la cara de enfado de su mellizo.

—Deja el puto drama, ¿quieres? —asevera Ivo, Anabella y yo ahí presentes, pero manteniéndonos en silencio—. No lo estoy tomando como un vicio, simplemente lo uso para relajarme. Puedo dejarlo en el momento que quiera.

Se encoge de hombros, fumando.

—Eso mismo dicen todos los que comienzan a consumir una droga hasta que se vuelven adictos.

—Esto no es una droga. No exageres —refuta el otro.

Sí lo es, pienso para mí aunque no lo dijera.

—Aunque lo dudes lo es. Dame esa mierda —Eros arranca el cigarrillo de la boca de su hermano y tira de él al suelo. Lo pisa con sus zapatos hasta no dejar nada—. Te prohíbo continuar consumiendo esta porquería.

Eso eventualmente hace enfurecer a Ivo.

—¿Quién carajos te crees para prohibirme cosas a mí, Eros, mi padre?

Solo Tú ( Saga Inevitables #2.6)√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora