Solo Tú ( Saga Inevitables #2.6)√√

Capítulo 8

Ivo

Mantuve el teléfono en mis manos durante horas mientras quería llamarla o al menos mandarle un mensaje en el cual pudiera disculparme por la noche de mierda que sin pretenderlo le di a esa dulce chica que solo quiso ayudarme, y que le prometí una bonita velada y le di todo menos eso, pero no fui capaz. No lo hice porque si yo fuera ella lo que menos querría es saber de mí después de la nochecita que le di, y de pedírsela, aunque no le interesara oír mi disculpa que no cambiará en nada el mal momento que pasó por mi causa, creo que por teléfono no sería lo más propio.

Podría ir a verla y pedírsela personalmente, pero siendo honesto, no soy siquiera capaz de mirarla a la cara, porque me siento como una mierda y no es precisamente por mi resaca aunque eso también me tiene mal, es porque en verdad siento muchísimo haberle hecho pasar esa noche a Coral. Es una excelente chica, y solo por eso no dejo de sentirme más y más terrible. Es una tortura, aun cuando sé que me la merezco.

—Sabía perfecto que esto sucedería, joder Ivo, que me dio mucha pena esa pobre chica. Al principio del evento toda ilusionada y después...

—Por favor —detengo a mi hermano—. Ya tu novia vino y me regañó de todas las formas posibles y nuestra queridísima madre por igual así que te pido, no vengas tú también a lo mismo, que yo no me siento orgulloso de como terminó la noche para, Coral. Me siento como una mierda por lo que sucedió, me pasado todo el día torturándome por lo mismo mientras sus ojos tristes son mi condena, ¿ya?

Intento llevar a mi boca la copa que tenía en la mano con ron, pero Eros se ha acercado y termina arrancándomela de las manos.

—Deja de beber, ¿no te parece que ya tomaste lo suficiente anoche? Hermanito, que casi te bebiste todo el licor de la gala.

Bufo.

—No seas exagerado —emito, con un bufido, encendiendo un cigarrillo en su lugar y lo meto en mi boca, sin importar sus mierdas de regaño. Eros no dice nada, solo pone los ojos en blanco antes de zamparse la copa que no me dejó consumir a mí.

—No estoy exagerando para nada y lo sabes, melli. A decir verdad, últimamente te estas convirtiendo en algo muy cercano a un alcohólico, y déjame decirte que esta mierda, no sirve para solucionar nada —dice, mostrándome la copa vacía, al tiempo que yo doy una calada al cigarrillo, después otra y otra—. Beber y beber no te devolverá lo que perdiste. —Eros se acomoda a mi lado—. Anabella está furiosa y no es algo que me haga sentir bien.

—Lo sé, cuando se apareció aquí hace unas horas casi que no reconocí en ella la chica dulce que había conocido hasta entonces, es que durante un momento llegué a pensar que me sacaría los ojos, pero está enojada conmigo, no contigo, ¿por qué te afecta a ti? Es a mí a quien quiere asesinar por haber llevado a su amiga a una gala y humillarla, porque sin haberlo planeado, sé que es lo que hice y te repito, no me siento orgulloso aun cuando fue algo que solo se me salió de las manos.

Los recuerdos de la noche anterior me tienen tan ansioso que termino un cigarrillo y me veo agarrando otro, Eros solo niega sin intentar darme el discursito anterior de que me estoy jodiendo los pulmones con esa mierda.

—Ya, vale, es contigo que está furiosa, pero aun así, me afecta porque no me gusta verla tan molesta y menos tan triste, Coral es su amiga de toda la vida y se adoran. No soporta verla sufrir, y yo estoy en el medio sin saber qué partido tomar al respecto, porque bueno, sé que si bien lo que hiciste fue una cagada y me siento pésimo por esa chica que me parece tan dulce y buena, no es como que se te pueda reprochar al cien por ciento, pero no puedo intentar defenderte con mi novia aunque sea así porque así enojada ella solo ve por el lado de su amiga, solo sabe que la llevaste a esa gala y la hiciste pasar una noche de mierda. Cualquier cosa que yo diga en tu favor hará que tengamos un enfrentamiento que no quiero.