Capítulo 25

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Coral.

No hay nada más jodido en una persona que se le pisotee su orgullo. Eso había pasado con mi padre; el gran Scott Hidalgo y el hombre que todo aquel amante de los carros de lujos adora porque los autos que diseña son lo mejor de lo mejor, estrellas del cine, de la música y otras personas con mucho dinero tienen en su colección algún vehículo diseñado por él. No me lo esperaba, pero al final terminó sucumbiendo ante mi ruego y se vio en la obligación de retirar la denuncia contra Ivo aun no haciéndole mucha gracia porque su hija consentida se lo había suplicado, lo que quiere decir que Ivo está libre. Algo que lo ayudó un poco más, es que yo declaré que su intención al secuestrarme jamás fue hacerme daño sino que fue una medida desesperada de un hombre enamorado, sentimientos que son mutuos y así le expliqué a los oficiales.

 Después de retirar los cargos mi padre se fue de la comisaría nada contento y menos, cuando le dije que me quedaría ahí, esperando verlo salir del lugar donde lo tenían encerrado. Lo vi tan furioso al respecto y, tampoco quiere entender que esto no es un capricho para mí sino que estoy enamorada,  con cada célula de mí,  y que no puedo controlar tal sentimiento. Ivo invadió, hace cinco años atrás, cada parte de mí. Tomó cada llave, sin pedirlas, solo las tomó y abrió cada puerta dentro de mí, instalándose en cada sitio que me forma; se hizo dueño de todo de mí.

—Puedes estar con ese hombre si es lo que tanto quieres, Coral. Eres una mujer adulta y sabes lo que haces, pero no tendrás mi aprobación ni mi bendición de ninguna manera —fueron las firmes palabras de mi padre—. Lo único que te puedo asegurar es que si vuelve a romper tu corazón, yo estaré ahí para levantarte otra vez, soy tu padre y siempre estaré para ti. Por mucho que te equivoques mis brazos siempre estarán para sostenerte.

—Gracias papá, pero yo sé que él no volverá a romperme —le había dicho, más tratando de convencerme a mí misma que a mi padre, siendo honesta.

—Espero de verdad así sea.

Y después de eso, se había marchado a casa con mamá sintiéndose derrotado y con el orgullo pisoteado al haber tenido que retirar la denuncia contra un hombre al cual en realidad, quería refundir en la cárcel por mucho tiempo, ya que lo detesta con todo su ser.

A pesar de estar cansada, todo lo que quería era ver a Ivo así que me quedé, mas, siento un agujero en el estómago. No me hubiera gustado desilusionar a mi padre, pero no puedo resignarme a la infelicidad por darle gusto de no estar con el único hombre el cual hace latir con fuerza mi corazón. Para sentirme mejor, me aferro a la idea de que Ivo no va fallarme, no está vez, y logrará ganarse en algún momento algo de empatía de parte de papá y no todo el desprecio que siente ahora por él.

—Bonita —escucho su voz, mientras encuentro en la sala de espera de la estación de policía junto a su mellizo, su padre y abogado de apellido Sinclair. Me vuelvo y me encuentro con sus ojos azules como el hielo glaciar, brillantes al verme.

—Ivo —murmuro su nombre y a continuación corro hacia él, abrazándolo muy fuerte.

Sus brazos se han envuelto alrededor de  mi cintura, su nariz se esconde en mi cuello y me inspira. Me descubro haciendo lo mismo sintiendo su pulso acelerado en esa zona. Mis brazos rodean su nuca, mi corazón latiendo como un tambor y cuando me alza, separando mis pies del suelo, envuelvo mis piernas entorno a sus caderas.

—Qué bueno que estés aquí —me dice, besándome en la mejilla. Mi piel cosquillea cuando me aparto, y busco su mirada. Llevo mi mano hacia su cara, apartándole un mechón de cabello que cubre su frente y casi uno de sus ojos. Él necesita un corte, pienso riendo cuando Ivo vuelve el rostro y me besa la palma de la mano—. ¿En verdad tu padre retiró los cargos contra mí? —cuestiona, con una ceja levantada.

Solo Tú ( Saga Inevitables #2.6)√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora