Capítulo 20

11.6K 1.2K 117
                                    

Coral

—Ya nos conocíamos, nos vimos en algunos eventos empresariales y fiestas, pero no habíamos tenido la oportunidad de hablar ni saludarnos. Un placer —Fabio dice, ofreciéndole la mano a mi padre, misma que papá le coge con un gesto amable y de aceptación, mi madre está a su lado con una sonrisa un poco imborrable, como si creyera que esta frente a su próximo yerno o... algo así.

Es domingo y ha pasado por mí para que lo acompañe a esa carrera de caballos a la cual me invitó. A diferencia de las dos veces anteriores en las que lo vi vestido de traje está vez viste de un modo totalmente casual. Unos jeans ajustados que reflejan lo que no puedo dejar de señalar un muy bonito trasero, que acompaña con una camisa azul marino con las mangas remangadas hasta los codos y unos Nike. Se ve guapísimo, tanto vestido así como de Armani.

—Un placer —responde mi padre, y luego de un apretón de manos se sueltan.

—Como mi deber de caballero, prometo que regresaré a su hija sana y salva a casa —le asegura a mis padres que se miran y se sonríen el uno al otro.

—No tengo ninguna duda —es la respuesta de mi padre.

Por su respuesta y su sonrisa imborrable al igual que mi madre queda bastante claro que Fabio le ha caído muy bien y ni siquiera se ha molestado en amenazarlo como recuerdo hizo con Ivo la primera vez que nos vio juntos, y eso que ya me había hecho de héroe salvándome de aquel momento terrible que viví por confiada.

No pienses en él.

Me susurro, pues pensar en Ivo, luego hace que no pueda parar de pensar en él y no debo, no cuando estoy a punto de salir con el hombre con el cual sí que me gustaría darme una segunda oportunidad con el amor, si está de suceder, pero sobre todo, si ese bruto decide que ya no tiene nada que buscar dentro de mí y solo sale de ahí.

Está vez Fabio no vino a buscarme en una limusina, es que ni siquiera en un vehículo de cuatro ruedas. Sí, se imaginan bien.

Cuando salimos fuera y me la muestra todo orgulloso me paro en seco viendo la motocicleta cuya marca no sé ya que no conozco más marcas de vehículos que los que diseña mi padre, pero siendo de un multimillonario como él costosa sí que tiene que ser, aunque eso no es para nada lo importante sino el hecho que se le ocurrió venir por mí en una motocicleta sin tan siquiera preguntarme si me agrada andar en esa cosa de dos ruedas. Y la verdad es que no demasiado, y no es porque le tenga miedo, más yo diría que le tengo respeto.

Lo veo mientras me cruzo de brazos, observando con los ojos entrecerrados los suyos.

—Me perdonarás, pero, ¿qué pasa con los vehículos de cuatro ruegas que son más seguros que eso? —Señalo su motocicleta.

Fabio ríe mientras me coge un mechón que dejé fuera de la coleta que me hice, retorciéndolo entre su dedo y me ve a los ojos todo el tiempo.

—La seguridad de un vehículo depende mucho de quien lo maneje y otro poco de la suerte —pronuncia—. No te asustes, le prometí a tus padres que te regresaría sana y salva a casa y soy un hombre de palabra. Sé llevar eso como le llamaste —la señala— a la perfección y te prometo que es una gran experiencia. Vamos.

Me ofrece su mano, suspiro mientras decido confiar en que no me sucederá nada, y que bueno, hacer algo loco por una vez en la vida y experimentar cosas nuevas nunca está demás.

Fabio me coloca y ajusta el mismo el casco protector, segundos más tarde trepa sobre su moto. Lo miro unos segundos, notando que se ve muy sexi subido en la motocicleta con las manos, enguantadas, fuertes y morenas, aferradas al manillar. Me ve y me sonríe socarrón, ante de indicarme con la cabeza subir. Lo hago, coloco ambas de mis manos sobre sus hombros anchos y fuertes, impulsándome de esa manera para pasar mis piernas a cada lado. Me acomodo una vez estoy arriba y lo oigo suspirar cuando ajusto mis manos alrededor de sus caderas en un agarre muy fuerte.

Solo Tú ( Saga Inevitables #2.6)√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora