Capítulo 18

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Ivo

—Bien, ¿qué te parecen mis ideas para el nuevo Kviar, claro sin perder la esencia de los demás? —una voz femenina penetra en mis oídos, pero...—. ¿Ivo?

Ante su último llamado y un golpe de su mano en la mía, salgo de mi nube de pensamientos y observo a la diseñadora de interiores frente a mí.

—Eh... Dime, Josephine.

Sus labios se abren en un círculo redondo.

—¿Cómo que dime, Josephine? —inquiere, observándome con unos grandes ojos ámbar—. No has estado escuchándome mientras te hablaba sin parar, ¿cierto?

No, la verdad es que ha estado hablando por un cuarto de horas sobre la apertura lo antes posible de mi nuevo club en New York, y para ello debemos ponernos a trabajar con rapidez, pero la verdad mi cabeza no está precisamente en eso.

 ¡Rayos!

 Es como si fuera un castigo divino lo que estoy viviendo y me está volviendo completamente loco, pareciera que mi meta en la vida los últimos años es atormentarme por causa de una mujer, primero duré mucho tiempo sufriendo por una chica que me dejó casi a los pies del altar por otro, con el cual ahora de halla casada y tienen una bella hija. Sin embargo, ahora es otra mujer la que está convirtiendo mi vida en un tormento, Coral Hidalgo.

Quiero hacer muchas cosas para atraer a Coral de nuevo a mí, pero a decir verdad, no es que haya mucho progreso en mis ideas cuando no quiere ni verme, ni hablarme, y sus padres me odian.

Y ella me aseguró con sus ojos fijos en mí que ya no me quiere, de un modo tan frío y firme que pudo no haber quedado dudas de que sí, me olvidó y no tengo una jodida oportunidad con ella, pero me quiero aferrar a la sensación en mi pecho que no deja de decirme que quizás solo fue buena mintiendo.

Me pongo de pie, pellizcando el puente de mi nariz. Estoy en mi despacho en Kviar.

—No, no escuché nada de tu propuesta y lo siento, Jo —le digo, agobiado—. Tengo la cabeza en otra parte hoy.

—Ya veo —musita ella, dejándose caer con los brazos en jarras sobre el respaldo del asiento—. Creí que me habías dicho que te urge comenzar ya con la construcción de tu nuevo club,  Ivo.

Pero me urgen más otras cosas, pienso.

—Siéndote sincero, hay cosas que me urgen más que abrir un nuevo night-club, y que sin duda alguna me dará más felicidad.

—¿Que te ocurre? —averigua la sexy y sensual mujer castaña frente a mí, soltera con esa belleza que posee, una lástima—. Soy buena escuchando y creo que dando consejos, puedo escucharte si quieres.

—No quiero agobiarte con mis problemas.

Josephine hace un gesto desdeñoso con la mano.

—No me agobias, me gusta escuchar a la gente y es por ello que a veces creo que debí ser psicóloga en lugar de diseñadora de interiores. Se me da bien.

—Creí que te gustaba lo que haces.

Ella sonríe, poniéndose de pie también y ubica su sexy trasero sobre mi mesa, dándome el frente.

—No he dicho que no. Vamos, no seas tímido, cuéntame qué te tiene agobiado.

Con Josephine tengo confianza. Es una dulce mujer solo un año menor que yo y cuyas manos está en al menos tres de mis bares porque es estupenda en lo que hace. Es diseñadora de interiores, trabaja en la constructora Lombardi desde hace seis años y juntos hacemos un gran equipo.

Solo Tú ( Saga Inevitables #2.6)√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora