Epílogo-Escúchame

61 6 4
                                    

Llevo tanto tiempo esperando para hablar contigo, que ya no sé si es por costumbre, o por deleite, que te miro cuando estás desprevenida, imaginando más de una historia con un futuro incierto. Sabiendo que debo irme, pero queriendo quedarme, sabiendo que estás mal, aunque lo intentes ocultar. Sabiendo que quiero ayudarte y que no puedo. Porque no me esperas, porque no confías, porque todo el dolor que te causaron se quedó adentro, y te impide ver con claridad el mundo. Ha pasado tanto tiempo desde que quise acercarme a ti, que, a pesar de todo, no te culpo, pues no somos tan diferentes: ambos hemos pasado por algo, y hemos crecido casi a la par. Te pareces tanto a mi... Pero no lo notas, no me escuchas, no confías. Yo sé por lo que has pasado, y quiero ayudarte. Déjame quedarme a tu lado, escúchame: quiero ser tu apoyo, tu guía, tu fuerza. Estar contigo hasta que seas capaz de levantarte por ti misma. Y sé que es una locura que un don nadie intente reparar a alguien roto; pero bueno, supongo que siempre me han gustado los retos. Y tú definitivamente eres uno que estoy dispuesto a aceptar. Escúchame: yo también sé lo que es cargar el peso del rechazo sobre los hombros, y sé lo que es sentir el calor del infierno quemándote el rostro. Sé muy bien lo que se siente estar solo, rodeado de gente que se sienta a tu lado solo porque ya no hay a donde ir. Sé lo que se siente tener que asentir con la cabeza, cuando lo único que quieres es joder al mundo y reventarte. Sé lo que es decir que solo es el sueño, cuando lo que llevas en la espalda es más que lo que puedes cargar. Yo también sé lo que es sentirte extraño entre tus amigos y tú familia; querer romper el silencio a punta de lágrimas, escuchando las burlas que surgen cuando das tu espalda; esconder tú llanto con el sonido de la lluvia, y perder media noche contando tus penas al viento. Sé lo que se siente: he estado allí. Y, ahora, me sentiría terrible si permitiera que tú llegarás a ese punto. No quiero que acabes como yo. Por favor, déjame ayudarte. Deja de esconderte, que no hay porqué hacerlo. No eres la única que lo está pasando mal, no eres la única que necesita un respiro. Yo seré tu aliento, yo estaré allí cuando me necesites. Prometo quedarme a tu lado, y ser tú soporte. Y sé que las promesas no valen nada hoy en día, pero, ¿En verdad es tan malo confiar una última vez?. Ánimo, verás cómo todo sale bien. Y, si algo falla, seguiré estando aquí. No permitiré que vuelvan a bajarte de tu nube, que rompan tus sueños. Alejaré a tus pesadillas, a tus miedos. Sabes de sobra que daría mi vida por ti. Por favor, para un momento y piensa con calma, no quiero que termines en mal lugar. Sé que podrás con esto y con mucho más, pues ya llegaste hasta aquí. No tires todo por la borda gracias a un grupo de personas que no saben valorarte. Te juro que, por muchos que sean, valen más la pena los pocos que te queremos, y a quienes dejarías devastados si algo te pasara. Hazlo por nosotros, mientras encuentras la valentía de hacerlo por ti. Resiste, que sé que puedes. Yo creo en ti, y confío, aunque tú no lo hagas. Sabes también que puedes buscarme cuando me necesites, y me vas a encontrar. Estoy dispuesto a luchar por ti, cuando tú ya no puedas. Eres más de lo que crees, y estás hecha para cosas grandes. Que no te quepa duda de eso. Saldrás de está, y podrás sentir la satisfacción de haberlo logrado. En unos años, vas a poder ver a tu "yo" de ahora, y decirte que estás orgullosa de ti misma por haber superado tal desafío. Aguanta un poco, esto ya casi acaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 13, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Escritos Para No DormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora