Capítulo 1

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Estoy en la playa, he venido al salir de clase, como siempre últimamente. Ni si quiera he pasado por casa a comer, necesito estar sola, necesito tranquilidad, paz y eso solo lo encuentro en este lugar. Es una playa pequeña, casi nadie viene por aquí y menos en esta época, ya que aún no hace calor suficiente. No puedo parar de llorar, normalmente el sonido de las olas al romper en las rocas me calma y me ayuda a pensar, pero hoy no parece que sirva de mucho, no puedo sacar de mi cabeza las imágenes de ese día, me pregunto si algún día podré olvidarlo o si al menos seré capaz de pensar en otra cosa.

- Hola, ¿estás bien? – alguien interrumpe el hilo de mis pensamientos.

- ¿A caso no es evidente que estoy realmente jodida? – respondo secamente.

- Y si tratas así a todo el que se te acerca también estarás realmente sola.

- También lo estoy, supongo que es mejor así.

- ¿Y eso por qué?

- Así no hay nadie a quien herir ni nadie a quien preocupar.

- A mí me parece que eres tú la que ha salido herida. ¿Te importa que me siente aquí?

- Como quieras.

Ese chico se sentó a mi lado y no volvió a abrir la boca, estuvimos así como 10 minutos.

-Eh tú, ¿se puede saber qué coño haces aquí con este? – mierda, es su voz, es él, no puede ser. Levanté la mirada y ahí estaba. Me quedé paralizada cuando lo vi, quería hablar, gritarle que se fuera, que no volviera a aparecer en mi vida- ¿No me escuchas o que te pasa? – entonces recordé que no estábamos solos, ese chico seguía a mi lado y me miraba con cara de preocupación, no sé si fue él pero logré reaccionar.

- Ya te dije que no quería volver a verte, déjame en paz.- le grité.

- Y yo te dije que no iba a irme a ninguna parte.- me dijo eso mientras me cogía del brazo y yo intentaba soltarme.

- ¡Suéltala! ¿Es que no la has escuchado? Vete, no te acerques a ella.- gritó el chico, mientras se ponía delante de mí para protegerme.

- ¿Y tú quién te crees que eres para decirme lo que tengo que hacer?

- Déjalo ya, desaparece de mi vida, o al final llamaré a la policía y ambos sabemos que eso no acabará bien para ti.- hablé yo, no quería meter en problemas a ese chico.

- Oh no creo que vayas a hacer eso, sabes perfectamente que no sería el único que acabaría mal, ¿sabe tu amiguito las cosas que solías hacer? Seguro que no. – ¿es que nunca podré dejar atrás toda esa mierda? Otra vez tenía lágrimas en los ojos, iba a derrumbarme de un momento a otro.

-  Mejor vámonos a otro sitio.- me dijo y luego se giró- y espero no volverte a ver, adiós.

Nos alejamos de allí, sequé con la manga de mi camiseta las lágrimas que había derramado y me aclaré el nudo que tenía en la garganta.

- Gr-gracias…

- Calum, mi nombre es Calum.- dijo antes de que le preguntara.

- Yo soy Loren.- él me sonrió.

- Vamos, te invito a tomar algo.

- Gracias

Calum me llevó a un bar, estuvimos hablando de cosas triviales, me preguntó a qué instituto voy y donde vivo y resultó que aunque estudiamos en institutos diferentes vivimos bastante cerca. También me estuvo hablando de sus amigos, tres chicos con los que tiene una banda, se nota que están muy unidos porque no paraba de hablar de ellos. Estuvimos conversando unas 3 horas y en ningún momento me sacó el tema de lo que había pasado en la playa. La verdad es que me siento a gusto en su compañía y es agradable poder hablar tranquilamente con alguien sin que me pregunte por los problemas que me atormentan, ni si quiera me preguntó quién era él o que cosas había hecho yo, cosa que le agradezco infinitamente.

Al cabo de un rato salimos del local y me acompañó a casa.

- Bueno, ya hemos llegado.- le dije señalando la puerta de mi casa.

- Me lo he pasado bien esta tarde hablando contigo, gracias.- dijo con una sonrisa.

- Gracias a ti por… por todo.

- Oye creo que deberías conocer a los chicos y escucharnos tocar, ¿Qué te parece?

- ¿Sois buenos?- pregunté con curiosidad.

- Eso tendrás que comprobarlo tú misma, mañana tenemos ensayo, puedes venir.- me quitó el móvil de las manos y anotó algo en él- es mi número, llámame y quedamos.

- Está bien, ¿te parece bien que te llame sobre las 10?

- ¡Estás loca! Mañana es sábado, a esa hora la gente cuerda sigue durmiendo.- me reí ante su comentario.

- Está bien, está bien. Te llamaré después de comer.

- Eso me parece mejor, bueno me voy que he quedado con los chicos.- me dio un beso en la mejilla y se marchó.

Ahora me tocaría enfrentarme a mi madre. Entré en casa preparada para lo peor.

- ¡Loren! ¿Eres tú?- gritó mi madre.

- Si mamá…

- ¿Otra vez has ido a la playa?- asentí con la cabeza- Podrías comer aquí y luego ir o por lo menos haber avisado que llegarías tarde, porque ya no me preocupa que no aparezcas para comer, pero normalmente llegas antes. No cuesta tanto enviar un mensaje o llamar.

- Lo siento mamá, es que me encontré con… un amigo y perdí la noción del tiempo.- ni si quiera sabía como debía considerar a Calum, pero esa explicación sería suficiente para mi madre.

- ¿Un amigo? Vaya, eso es nuevo, últimamente no querías pasar tiempo con nadie, supongo que está bien entonces, pero la próxima vez avisa.

- Vale.- al final no había ido tan mal como pensé.

Subí a mi habitación y me estiré en la cama, no podía parar de darle vueltas a todo lo que había sucedido hoy. No me esperaba que Calum se acercase a mí pero me esperaba aún menos que Bryan apareciese allí, no había vuelto a verlo desde aquel día y pensaba que ya formaba parte de mi pasado pero al volver a verlo hoy, todos los recuerdos se agolparon en mi mente. Y en algún momento entre recuerdo y recuerdo me quedé dormida.

Somewhere new (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora