Capítulo 7

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Al cumplir sus diez años, Shailene había aprendido a pintar parecido a su tío Niklaus, le emocionaba saber que cada vez estaba más cerca de su objetivo, por otro lado había estado tomando clases de piano con su tío Elijah, quien tenía un gusto muy exquisito en la música. Se encontraba en este momento sentado junto con su sobrina en aquel banco frente al piano tocando una melodía muy simple pero hermosa.

- Inténtalo tú, mi niña - le dijo a su sobrina cuando culminó aquello.

Shailene cerró los ojos y respiró profundamente, al sacar el aire que había retenido en sus pulmones abrió los ojos y empezó a tocar la melodía, presionaba las teclas con el debido ritmo que requería, todo iba bastante bien hasta que se equivocó, ella bufó molesta y cubrió su cara con las manos.

- Tranquila, Shailene - habló su tío - tienes que seguir practicando.

- Algún día quiero tocar como tú, tío Elijah - lo miró atentamente.

- Y lo harás, estoy seguro de ello - la alentó.

- ¿Puedo intentarlo de nuevo? - cuestionó ella con inseguridad.

- Por supuesto que sí - le sonrió a su sobrina.

Shailene una vez más volvió a intentarlo, presionaba las teclas al ritmo en que su tío le había enseñado, esta vez se relajó y dejó llevar por el sonido del piano, la melodía salía de una forma tan bella que Elijah no se podía creer lo que estaba escuchando, lo estaba logrando, su sobrina había aprendido a tocar aquella melodía que habían practicado al rededor de una semana. Cuando Shailene culminó ni ella misma se lo creía, estaba tan impresionada, por instinto volteó hacia su tío quien se encontraba aplaudiendo gentilmente.

- Lo hice - habló ella por lo bajo.

- Te dije que lo harías, mi niña - dijo orgulloso.

- Gracias, tío Elijah - lo abrazó y este le correspondió.

- De nada, Shailene - besó la cabeza de su sobrina.

Ella quería mucho a su tío Elijah, lo consideraba el padre que Finn nunca fue con ella, puesto que se encargaba de enseñarle cosas nuevas cada día las cuales le dejaran cosas buenas en su comportamiento y de igual forma las aplicara, sin duda alguna todo lo que sabía de valores y buenas acciones Elijah se lo había enseñado.

No todo fue tan fácil para los Mikaelson como ellos creían que sería, al tratarse de un varón las cosas de cierta forma serían más fáciles en cuanto a Niklaus, Elijah y Kol; ya que sabían cómo controlar las diversas situaciones en las que un niño los involucrarían, pero al tratarse de una niña sin duda alguna todo se les complicaba. Shailene cada vez crecía más y más, en ocasiones la única que podía comprenderla era Rebekah, ahora tenía trece años y ya no jugaba más a las princesas con su tío Kol, ahora la mayor parte del tiempo solo se la pasaban divirtiéndose al aire libre.

Una mañana Shailene se despertó, los rayos de sol entraban por la ventana cálidamente, revisó la hora y eran las diez y cuarto de la mañana, sintió un leve dolor en el vientre y pensó que era debido al hambre ya que la noche anterior no había comido nada, hizo la sábana a un lado y lo que a continuación vio la hizo soltar un grito aterrador, era su pijama manchada de sangre en la parte inferior de su cuerpo, después cayó en cuenta de que su sobrecama estaba manchada de igual forma. Kol rápidamente abrió la puerta de la habitación de su sobrina con una cara de preocupación.

- ¿Qué pasa darling? Dime algo - se acercó a ella y cuando observó la escena se congeló.

- ¿Qué es lo que pasa Kol? - llegó Niklaus, quien se detuvo en seco al estar a la misma altura que su hermano.

The Original Family ⚰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora