Capítulo 26

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Antes de que alguno de los hermanos Mikaelson fuera a alterarse o a salir por esa puerta a sacar el corazón del joven que había hecho llorar a su sobrina, Shailene se adelantó a explicar todo lo que había sucedido antes, les dijo que la humanidad de Stefan simplemente se había ido sin aviso alguno.

- Jamás debí de haberme involucrado con Stefan... - se lamentó.

- Pero, Shailene - intervino Rebekah - dijiste que apagó su humanidad, no puedes estar segura de que lo haya dicho enserio.

- ¿Y qué tal si lo dijo bastante enserio? - cuestionó de manera fatalista levantándose. Elijah se levantó de su asiento y se acercó a su sobrina.

- Mi niña... - le tomó del rostro y limpió sus lágrimas delicadamente con sus pulgares - cuando un vampiro apaga su humanidad dice las cosas sin pensarlo. He visto la manera en la que Stefan Salvatore te mira, he escuchado la manera en la que te habla, e incluso he visto la manera en la que sonríe cuando te ve - se pausó momentáneamente - y no dudo, ni por un segundo, que ese joven te ame.

El mismo Elijah Mikaelson lo había comprobado en esos tres meses en que su sobrina había estado saliendo con Stefan, las veces que había llegado a la mansión para visitarla, y las múltiples veces en la que se había mostrado de lo más atento e interesado con ella. Quizá pudo haber apagado su humanidad, pero estaba seguro de que era un buen joven para su sobrina. Shailene dirigió su mirada a la de su tío Elijah y con los ojos cristalizados respondió.

- Yo estoy empezando a dudarlo... - seguido de eso se liberó del agarre del original y desapareció por las escaleras. El original paso una de sus manos por su quijada.

- Un corazón roto, genial - ironizó Kol levantándose de su asiento.

- Culpemos a Rebekah, en todo caso - agregó Niklaus con una sonrisa.

- ¿Y por qué a mí? - preguntó la menor de los hermanos cruzándose de brazos.

- Porque tú fuiste la primera que estuvo de acuerdo en esto - tiró Kol en cara.

- ¡Suficiente! - intervino Elijah alzando un poco la voz - no estamos aquí para señalar culpables.

- Tienes razón - aceptó Niklaus asintiendo con la cabeza - por eso yo mejor me voy de aquí, a sacar un corazón en específico - se dispuso a caminar. Elijah lo tomó rápidamente del brazo para detenerlo.

- Tú no vas a ir a ningún lado, Niklaus - habló en un tono de advertencia con una mirada severa.

- Me resistí al principio por Shailene, pero ahora ya nada me detiene - agregó.

- Vas a herirla más si sabe que fuiste tú quien le arrancó el corazón a Stefan - intentó hacerlo recapacitar liberándolo de su agarre.

No había más que discutir, y si era así eso le correspondía solucionarlo en todo caso a Shailene y Stefan, no a ellos. La castaña se había tumbado en su cama mientras las lágrimas volvían a bajar por sus mejillas, el dolor que sentía en el pecho era inexplicablemente extraño, lo sentía vacío, y juraba que si por lo menos alguna vez había sentido como si su corazón volviera a retumbar, ahora ya no lo sentía. Los gritos de felicidad y la música retumbaba en sus oídos, lo que significaba una cosa, había anochecido. Shailene se levantó de su cama y salió a su balcón para observar cómo las personas caminaban alegres por las calles sin preocupación alguna, ella sintió envidia en ese momento, quería sentirse de aquella forma, pero no podía, se sentía atada al sentimiento de la tristeza. Anhelaba sentirse liberada en ese momento, así que sin siquiera pensarlo se subió a la barandilla del balcón y le dio la espalda a la calle mirando el interior de su habitación, era probablemente lo más estúpido que iba a hacer en su vida, pero después de todo estaría bien, cerró los ojos y abrió sus brazos para a continuación dejarse ir para atrás; sentía su cuerpo caer cada vez más rápido, y cuando esperó el impacto de su cuerpo contra el suelo unos brazos la sostuvieron con firmeza evitando el gran golpe que estaba por aproximarse. Ella vio esos profundos ojos azules mirarla con atención.

The Original Family ⚰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora