Capítulo 13

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Los hermanos Mikaelson miraban suplicante a su hermana menor de que no dijera absolutamente nada de lo que había sucedido, Rebekah sin más aceptó y calló todo aquello.

- Pero, a ver - tomó la mano de su sobrina y la jaló hasta sentarla en un sofá junto a ella - dime cómo te fue con Stefan - los hermanos se pararon justo enfrente de ambas observándoles.

- Bien, él es muy agradable - Niklaus puso los ojos en blanco.

- ¿Quedaron en salir algún otro día? - preguntó Rebekah emocionada.

- Mañana - respondió ella asintiendo con la cabeza.

- Pero mañana es la fiesta a la que vamos cada año, amor - intervino Niklaus.

- Tu tío Niklaus tiene razón - apoyó Elijah - y nosotros al ser parte de una familia distinguida no podemos faltar.

- Lo sé, pero...

- No podemos dejar que faltes, darling - interrumpió Kol.

- Tendrás que decirle que no puedes - habló Niklaus y los tres se sintieron aliviados al saber que su sobrina no iría y menos estaría a solas con Stefan.

- Es que Stefan me invito a ir a esa fiesta con él - completo Shailene.

El alivio y felicidad que los hermanos sintieron se esfumó por completo al escuchar aquello, y su rostro lo demostró más que nada, Rebekah retuvo una risa de nuevo y tomó la mano de Shailene.

- Entonces hay que conseguirte un lindo vestido para mañana en la noche - afirmó Rebekah.

- De ninguna manera - negó Niklaus con la misma expresión de hace un rato.

- ¿Por qué no? - cuestionó Shailene.

- No dejaré que te vayas con ese bastardo - le respondió enojado.

- No irán solos Nik, nosotros estaremos ahí - defendió Rebekah.

- ¿Qué nos garantiza que vas a dejar que estemos cerca de ellos? - intervino Kol seriamente.

- Es porque no van a estarlo - le respondió su hermana.

- En ese caso menos voy a permitir que vaya - habló Niklaus.

- Tú no eres quién para decir si va o no va - elevó la voz Rebekah.

- Y tú tampoco - respondió Niklaus con una sonrisa descarada.

- Hermanos... - habló Elijah en vano.

- Completamente de acuerdo con Klaus - apoyó Kol sonriendo igual.

- Tu cállate - le dijo Rebekah enojada a Kol.

- Inténtalo - se burló este.

- Funcionará si te rompo el cuello de una buena vez - respondió Rebekah molesta.

- Hazlo delante de Shailene - retó Kol. Rebekah se calmó de manera drástica, no era capaz de hacer aquello delante de su sobrina, un momento después de eso sonó una risa seca - ves que no puedes - dijo Kol victorioso, su hermana lo fulminó con la mirada.

- Y luego yo soy el único malo - intervino Niklaus - ya ves que no es fácil ser el malo, hermana.

- No, porque tienes que ser idiota para eso - atacó Rebekah.

- Tu ya lo eres al enamorarte del primero que te trata bien - contraatacó Niklaus.

- ¡Eres un maldito, Nik! - gritó su hermana con rabia.

- ¿¡Por qué!? ¿¡Por querer cuidarlas!? - le gritó devuelta él.

- ¡Es que tú no nos cuidas, nos haces daño! - volvió a gritar Rebekah.

- Oh, perdóname por tener que hacerlo a mi manera - se burló nuevamente.

- Ya basta, es suficiente - elevó la voz Elijah poniéndose al centro de donde estaban todos.

- El tío Elijah tiene razón - habló finalmente Shailene - ha sido suficiente - se levantó del sofá.

- Shailene... - habló Niklaus tranquilo.

- No iré a ningún baile - interrumpió ella firmemente y se dispuso a salir de ahí.

- Darling... - la tomó Kol del brazo despacio para detenerla.

- Espero y ya estés feliz tío Niklaus - dijo mirando seriamente al susodicho y zafándose del agarre de Kol.

La seriedad que había en su rostro y voz sorprendió a todos enormemente, jamás la habían visto de aquella forma, y esas últimas palabras fueron las que más le dolieron al mencionado. Shailene jamás le había dicho tío Niklaus y también por ello se dio cuenta de cuán enojada estaba con él, los cuatro hermanos vieron a su sobrina salir de ahí y no supieron más de ella por el momento. Shailene subió las escaleras y se encerró en su habitación, se recostó en la cama y una lágrima bajo por su mejilla, la limpió rápidamente y se puso a pensar en la forma que le diría a Stefan que no iba a acompañarlo al baile.

Los hermanos Mikaelson seguían en la misma habitación, ninguno había dicho nada desde que su sobrina había salido de ahí. Rebekah estaba molesta por todo el espectáculo que se había montado, Niklaus era más la preocupación que el enojo que tenía por lo sucedido con Shailene, Kol no sabía que sentir, estaba confundido, la ira hacia que se confundiera aún más. Elijah tenía una mano en la frente, detestaba que sus hermanos se pusieran a pelar, y odió aún más que esta vez lo hicieran delante de su sobrina. Después de un rato, Rebekah bufó.

- Felicidades idiotas - dijo Rebekah con enojo.

- Rebekah - le advirtió Elijah.

- Me largo de aquí - esta vez no se disculpó y salió de la mansión a despejarse.

Después de que su hermana saliera de aquella habitación los tres se quedaron en silencio hasta que el mayor de ellos había decidido romperlo.

- Muy bien, me temo que ahora todo se complicará - comentó.

- No voy a escuchar ese sermón, Elijah - se negó Niklaus.

- Me parece bien, porque no voy a decirte nada - dirigió su mirada a él.

- Ahora yo vuelvo a ser el malo ¿cierto? - frunció en ceño levemente.

- Es porque siempre eliges serlo, Niklaus - dijo Elijah firmemente.

- Elijah - intervino Kol - tú sabes que nunca estoy de acuerdo con Nik, nunca, pero esta vez pienso que debería estarlo, y tú también.

- ¿Estar de acuerdo en qué? ¿En prohibirle a Shailene que vea al joven Salvatore?

- Oh, vamos hermano - se burló Kol - no me digas que te gusta verla con él, niégame que cuando lo ves te dan ganas de romperle el cuello, que cuando está con ella te dan ganas de usar la compulsión o peor aún - se detuvo por un momento y río por lo bajo - que cuando le sonríe te dan ganas de sacarle el corazón.

- Suficiente - le detuvo haciendo un ademán con la mano.

- Kol tiene razón, Elijah - apoyó Niklaus - no porque seas el más noble de nosotros te quita todos aquellos pensamientos oscuros.

- Claro que me siento igual que ustedes, hermanos - les lanzó en cara - pero no puedo hacer algo que sé que después hará que mi sobrina me odie, que no quiera volver a saber de mí o que no quiera siquiera dirigirme la palabra de nuevo. Ella está creciendo, y sabíamos que este día iba a llegar, el día en que Shailene conociera a alguien o más bien el día que llegara a cortejarla; no podemos evitarlo, solo tenemos que aceptarlo.

Con esto último el mayor de ellos salió de la habitación dejando a sus hermanos menores solos. Se acomodó el saco y subió las escaleras de poco para dirigirse en donde suponía que estaría su niña, cuando estuvo frente a la puerta tocó está con cuidado.

The Original Family ⚰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora