The Original Family ⚰

Epílogo

31 de Diciembre de 1919

Era casi media noche, faltaban cerca de diez minutos para que ese año terminara y empezara uno nuevo. Shailene no podía sentirse más contenta ese día, estaba reunida en la mesa con su familia mientras cenaban como cada año, pero en esta ocasión una silla más fue colocada en la mesa para Stefan, se sentía completa en ese momento. La cena y platica de ese momento se vio interrumpida por Rebekah, quien les recordó a todos que era momento de la tradición de la fogata, que básicamente consistía en que cada uno debía escribir su deseo en un trozo de papel y quemarlo para la buena suerte. La familia Mikaelson se levantó de sus lugares de la mesa y caminaron directo hacia la fogata que hacían cada año, cada uno tomó el trozo de papel con su deseo ya escrito y lo arrojaron observando cómo el fuego consumía al papel hasta desintegrarlo por completo, Shailene fue la última en arrojar su trozo de papel, y lo hizo sin soltar la mano de su novio, porque parte de lo que había pedido era que él siempre estuviera con ella. Stefan la miró con una sonrisa, le encantaba que su novia sonriera todo el tiempo, y estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de que esa sonrisa permaneciera; afortunadamente su problema con la sangre había quedado atrás hace un mes y, como prometió, ahora cuidaría a Shailene con su vida entera.

- ¿Acaso tú no preparaste un deseo para esta noche, Stefan? - preguntó Rebekah rompiendo el silencio.

- No en realidad - contestó - es una tradición familiar y... no me gustaría interferir.

- No estarías interfiriendo, realmente - comentó Elijah con una cálida sonrisa - y si gustas quemar tu deseo, entonces eres libre de hacerlo.

- Les agradezco en verdad todo - devolvió la sonrisa - principalmente la confianza.

- A lo largo de los siglos he matado a cada hombre que se le acerca a mi hermana - confesó Klaus - no dudaría en hacer lo mismo a aquel que se le acerque a mi sobrina, eres el primero que no mato, así que siéntete afortunado - bromeó para que se escucharan las risas.

- No ha sido fácil - continuó Stefan - con ninguno de ustedes, pero creo que el haber llegado hasta aquí valió la pena.

- Yo se los dije - habló Shailene - convertirme en vampiro valdría mucho la pena.

- Y pensar que estuvimos a punto de negártelo una vez más - confesó Kol con media sonrisa.

Stefan se disculpó con los cuatro originales y salió un momento a tomar aire en compañía de su novia, tomándole la mano con la misma delicadeza de siempre. Se sentía tan nervioso que apostaba que su corazón había vuelto a retumbar como alguna vez lo hizo cuando fue humano, pero también sabía lo mucho que quería esto, y no iba a dejarlo de lado.

- ¿Qué sucede, Stef? - preguntó Shailene tomando ambas manos de él, podía ver su nerviosismo en sus ojos.

- Te amo, Shailene - dijo Stefan mirándole a los ojos - no tienes idea de cuánto lo hago. Durante estos meses has sido mucho más que mi novia - le sonrió - has sido mi mejor amiga, estoy consiente de la vez en que te alejé de mí, cosa que sigo pensando que fue lo más estúpido que pude haber hecho, pero mi punto es que tú no me dejaste. Estuviste ahí en mi peor momento, me escuchaste y ayudaste en todo lo que pudiste, por lo que con esto estoy completamente convencido de lo mucho que te amo - ella le devolvió la sonrisa - tal vez no he sido el mejor de los novios, y sé que tampoco esto es de lo más romántico pero... - tomó aire y se preparó para lo siguiente que iba a decir - Shailene Mikaelson, ¿quieres casarte conmigo?

Los ojos de ella se cristalizaron y una de sus manos cubrió su boca ante la sorpresa, aún se encontraba procesando la imagen de Stefan con un anillo frente a ella, ahora entendía el porque había estado tan nervioso y ocupado en los últimos días. Las palabras no le salían, y las lágrimas de felicidad comenzaron a caer por sus mejillas.