Inside the Mirror 2 |BTS| 承

Capítulo 25

—Primero hablare con el director Park, ya que no he estado estos días, espero que no le fastidie que me vaya de nuevo.

—Cierto...

Luego de cambiarme y comer algo, fi rumbo a la mansión del señor Park, con la compañía de su hijo, Jimin, y pude ver desde lo lejos que alguien estaba esperándome en la puerta.

—Señor Park...

—Justo a tiempo señorita Kim.

Ingrese a su casa, este le pidió a JiMin que se que fuera a su habitación y a mí que lo acompañara a su estudio.

—Señor Park quería disculparme con usted por haberme ido de una forma tan repentina.

—Se lo que ocurrio Kim.

—Y le prometo que no volverá a ocurrir.

—Lo se, Kim.

—Por favor esos días que falte descuéntemelo de mi paga.

—Bueno...

—Y quería saber si hoy podría...— él me interrumpió.

—Sí. Ve a ver a tu madre...

—¡Muchas gracias!

Me levante y le agradecí con una inclinación de unos noventa grados aproximadamente, estaba por salir de su oficina, cuando este me llamo.

—Kim...

—¿Si? — voltee a verlo.

—Pronto tendremos un festival de primavera.

—¿Primavera?

—Estas cordialmente invitada.

—¡Iré con gusto! — sonreí.

—Cada uno de los asistentes recibe un regalo al azar de otra persona.

—¿Un regalo al azar?

—Es una tradición...

—¿Tengo que hacer un regalo?

—Que JiMin te cuente un poco sobre el festival.

—¡Claro! — abrí la puerta y antes de salir volví a agradecerle. — ¡Muchas gracias director Park!

***

Salí en busca de JiMin, pero no lo encontré en el primer piso, así que empecé a buscarlo, pero me encontré con una de las señoritas que lo atendía a él y a su padre en la mansión.

—¿Disculpe, el joven Park?

—En su habitación, subiendo las escalera, la segunda puerta.

—Muchas gracias...

Al ingresar a su habitación lo encontré mirando por su ventana.

—JiMin...

—Hola, Mercy.

Mire a mi alrededor y la verdad toda su habitación parecía un museo antiguo, los cuadros, las pin turas, los adornos tallados en madera, sus muebles antiguos, la verdad esto podría ser como un museo en mi mundo.

—Waoh.... ¿Por qué no vienes a dormir aquí en vez de mi casa?

—La verdad aunque esto se vea cómodo, a veces es algo solitario...

—Pero...

—Mercy, la calidez que me has dado tú, no me la ha dado nadie más. — dijo él mirándome fijamente a los ojos.