Cap.5

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-PERO QUÉ TE PASA ¿POR QUÉ NO TE FIJAS POR DÓNDE VAS? –Y sí, me acababa de chocar con Castiel-

-¿Por qué siempre que nos encontramos tienes que gritarme? –Me crucé de brazos-

-Hoy no lo hice –Se cruzó de brazos también-

-Pues lo acabas de hacer duh.

-Fue tu culpa por ser tan tonta y no fijarte.

-Venía saliendo del aula Castiel, en todo caso fue culpa tuya, no mía >:c

-Cómo sea, ahora si me disculpas quiero irme a mi casa, así que adiós –Empezó a caminar hasta la salida-

-Pff... Como si me importara... -Luego pensé en el mensaje de mi padre, y que Castiel vivía a 2 casas de la mía, podría irme con él- OYE, ESPERA –Salí corriendo y lo tomé del brazo-

-¿Y ahora qué? –Me miró un poco confundido-

-Bueno es que... aún no sé llegar a mi casa y tú vives cerca, por favor déjame ir contigo.

-¿Tengo cara de guía?

-Castiel por favor... -Le puse puchero, tal vez con él no funcione pero nunca está de más intentar-

-¿Y qué gano yo con eso? –Sonrió-

-Mmm... el placer de mi compañía (?)

-Jaja no te equivoques tabla de planchar, en todo caso serías tú la que tenga el placer de mi compañía –Rió-

-Sí sí como quie... Espera un momento ¿Me dijiste tabla de planchar?

-Sí, ¿No te has visto? No es que tengas muchas curvas que digamos –Rió-

-¿Entonces me has detallado el cuerpo entero? –Levanté una ceja-

-Se podría decir –Se encogió de hombros-

-Hmm... Interesante –Así que Castiel me ha detallado... Eso no me lo esperaba para nada, y no soy una tabla de planchar, tengo lo mío >:c-

-Bueno ¿Nos vamos o qué? –Comenzó a caminar-

-Ah sí, vamos... -Empezamos a caminar juntos, yo estaba tratando de memorizar las calles y todo eso-

-Sabes, comienzo a pensar que si te gusto tablita.

-¿Qué? –Dije algo confundida-

-Primero me lanzas indirectas con tu ropa, y ahora me pides venir a casa conmigo ¿Casualidad? –Me sonrió pícaramente-

-O-oye no sonrías así, lo de la camisa fue una casualidad, y vives a 2 casas de la mía, es lógico que te pida ayuda ¿No? –Estúpido Castiel me está poniendo nerviosa con esa sonrisa y no sé por qué...-

-Te noto un poco nerviosa ¿Me equivoco? –Sonrió-

-C-claro que no, no te montes películas –Miré hacia otro lado-

-Mjum –Creo que le daba gracia esta situación-

-Además, si me gustaras, llamándome tabla de planchar dudo mucho que me hiciera algún tipo de ilusión contigo...

-Yo no estaría tan seguro –Me miró con una sonrisa-

-¿Y por qué no? –Lo miré a los ojos-

-Podría sorprenderte –Se acercó a mí-

-Q-qué... -Me estaba mirando fijamente a los ojos-

-Ya llegamos –Se separó de mí de repente- Y como no me apetece llevarte hasta la puerta de tu casa, me voy a la mía. Adiós tabla –Me guiñó un ojo y se fue caminando-

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