Esta es una historia que se basa en el juego Corazón de Melón, el cual me gusta mucho por cierto jaja... Traté de mantenerme fiel a las personalidades y algunas de las frases de los personajes, subiré los primeros 3 o 4 capítulos a ver si les gusta...
*A la mañana siguiente me levanté incluso antes de que sonara mi despertador, increíble, aproveché para ir al baño, lavar mi cara, cepillarme los dientes e ir a mi armario. Me puse un vestido muy cómodo con un pequeño abrigo encima, y unas botas. Peiné mi cabello y me maquillé un poco. Luego bajé a la cocina*
-Buenos días papá –Le di un beso a mi padre que estaba sentado en la mesa leyendo el periódico-
-Te levantaste más temprano hoy cariño –Dijo sorprendido-
-Lo sé jiji ¿Kentin aún no baja?
-Está en la cocina ayudando a tu madre.
-Iré a buscar a Sucrette –Dijo Kentin saliendo de la cocina- Oh, pero ya bajó, sorprendente.
-Sólo me desperté antes ¿Por qué es tan raro? –Reí-
-Tal vez estás emocionada por algo hoy ¿No crees? –Sonrió Kentin-
-No, nada especial –Lo miré mal-
-A comer –Mi madre estaba poniendo los platos en la mesa-
-Hola mamá –Le di un beso y luego tomamos asiento-
*Empezamos a comer y hablábamos sobre varias cosas como siempre, nuestras comidas siempre eran entretenidas con nuestras charlas, luego de un rato terminamos, nos despedimos de mis padres y empezamos a caminar hacia el instituto. Luego de unos minutos Ken empezó con el tema de la cita*
-¿A dónde crees que te llevará? –Me miró-
-Eso es un gran misterio, a Armin no le gustan mucho los espacios abiertos –Reí-
-¿Qué? ¿Y por qué lo escogiste a él? –Rió-
-Evalué los pros y contras, además es un chico bastante divertido –Me encogí de hombros-
-¿Más que yo? –Hizo puchero-
-No lo sé, para eso es la cita ¿No? –Sonreí con maldad-
-A veces dudo que seas mi mejor amiga –Se cruzó de brazos como un niño pequeño molesto-
-Yo a veces dudo que seas un chico maduro –Reí-
-Ay sí, ¿Y tú eres muy madura acaso? ¿O debo recordarte de lo que te reíste ayer? –Ken hizo unos movimientos tratando de imitar el vídeo de anoche, y no pude evitar reírme-
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-No soportas nada –Sonrió-
-Ya déjame –Le di un empujoncito mientras me recuperaba de la risa de hace un momento-
-Hey –Castiel se nos acercó por detrás-
-Hola Castiel, pensé que ya habías gastado tu ida temprano al instituto del año –Reí-
-Soy impredecible –Me guiñó un ojo- Oye, te veo más arreglada que de costumbre –Me miró-