Capítulo 8: El petirrojo y el castor

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Lamentamos la demora, han ocurrido ciertas cosas :c pero aquí esta! este domingo sin demora el capítulo que sigue :)

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Aunque ese día estaba en especial soleado, todos los jóvenes estaban en la sala que el profesor Kirk les había facilitado ya que los alrededores estaban húmedos por los días lluviosos pasados, los cuatro Bosetti jugaban a las cartas en el mesón junto con Lucy, en uno de los sillones largos se encontraba Edmund dormitando mientras que en el otro estaban Peter y Susan leyendo. En la sala lo que predominaba eran las risas y la animada conversación que mantenían los jugadores de cartas, que no parecía molestar ni la siesta de Ed ni la lectura de sus hermanos mayores.

— Me gustaría decirte algo, Peter — susurró Susan, para no ser oída por los demás chicos en la sala.

— ¿Qué sucede? — preguntó el rubio dejando de leer y poniéndole total atención.

— Sigue leyendo, no quiero que los demás pongan su atención en nuestra conversación — ordenó la chica mirando su libro y de reojo a su hermano y a la mesa.

— Está bien — aceptó Peter, rodando los ojos ante tal petición y regresó su vista al libro — ahora dime qué sucede.

— Es sobre el chico italiano, Lucian — dijo la chica pronunciando aquel nombre aún más bajo, por miedo a ser oída.

— ¿Qué con él? — Preguntó extrañado el rubio, mirando de reojo al chico.

— Yo, es que creo que me gusta — reconoció la chica nerviosa y con un ligero sonrojo.

— ¿¡Que!? — exclamó volteando a verla muy sorprendido y llamando la atención de todos en la sala, menos Eddie que se había dormido profundamente.

— Muy bien Peter, más fuerte para la otra — lo regañó Susan — creo que el profesor Kirk no te ha oído.

— Lo siento — dijo su hermano apenado — vuelvan a lo suyo chicos, no ha sido nada, sólo he oído mal algo que Susan me había dicho y me he sorprendido — mintió, los demás volvieron a su juego — ahora dime ¿cómo es eso de que te gusta ese chico? — dijo mirándola de reojo y fingiendo volver a leer.

— ¿Qué quieres que te diga? — soltó la chica aún nerviosa — es un chico atractivo y amable, tiene lindos ojos y sonrisa — miró de reojo al italiano mayor en el momento en el que él soltaba una carcajada — es interesante y carismático, me gusta, creo que más de lo que pensaba.

— ¿Cómo rayos llego a gustarte tan rápido? Llevamos aquí algo más de un mes — comentó frunciendo un poco el ceño.

— Me he fijado mucho en él ¿está bien? — dijo también frunciendo el ceño — quería llevarme bien con ellos ya que pasaremos mucho tiempo aquí juntos, así que comencé a hablar más seguido con él.

— Mira, no te niego que sean interesantes, también he hablado con ellos por la misma razón que tu — Reconoció Peter con calma — pero tu forma de hablar no es como si solo lo encontraras atractivo, sino como si estuvieras enamorada de él.

— No estoy enamorada, sólo me parece en extremo lindo — aclaró con las mejillas rojas.

— Haz lo que quieras, mientras no sea nada tonto o imprudente — le advirtió el chico — recuerda que no estaremos aquí para siempre, cuando las cosas mejores, nosotros regresaremos a Londres y ellos a Italia, y no volveremos a verlos.

— Creí que me entenderías un poco — dijo un poco molesta — te he visto mirando a Julie y no lo niegues — advirtió al ver la mirada que le daba su hermano. Peter la miró un poco sorprendido y luego soltó.

Las Cronicas de Narnia - Realeza y NoblezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora