-¡Skyler! ¡Levántate ya, es la última vez que te lo digo!- Odio los lunes, de verdad que los odio con toda mi alma.
Me levanté muy perezosamente y tomé rumbo al baño para ducharme después de elegir lo que iba a ponerme, que consistía en una falda vaquera negra y una camiseta blanca. Después de una fría y relajante ducha me hice una cola alta porque hacía un calor impresionante y simplemente me apliqué un poco de base, no suelo hacerlo para ir al colegio pero ese día me había salido un enorme grano en la cara que en breves momentos cobraría vida propia.
Revisé el móvil para mirar si tenía algún mensaje y quedar con Kate para irnos juntas al instituto. Tenía mil mensajes de Jude diciendo lo mucho que me echaba de menos y que pronto me visitaría, solo para que le presentara angelinos buenorros, palabras textuales. Le conté todas las novedades que había hasta el momento y también terminé hablándole de la gente que había conocido, entre ellos el tal Alek, alias el capullo. Por alguna razón, me daba curiosidad saber porque tenía esa personalidad tan fría y arrogante pero a la vez tan reservada, es como si fuera algún tipo de coraza. No sé si estaba equivocada porque no lo conocía en absoluto, tal vez me estaba inventando una faceta que ni existía pero, en fin, es lo que había leído entre línea.
Bajé por las escaleras rápidamente, saludé a mi padre y desayunamos juntos. Después preparé las cosas necesarias para aquel día y me dispuse a enviarle un mensaje a Kate para confirmar la hora a la que deberíamos irnos. Agradecía demasiado haberla conocido, Kate me había puesto al tanto de todo y todos.
-Skyler, hoy comeremos en un restaurante de por aquí, solos tú y yo, ¿que te parece?- me dijo despegando la vista del periódico.
-¿En serio?- le sonreí -¿no tienes que trabajar?- mi repentino entusiasmo era muy comprensible, mi padre a penas tenía tiempo para mí y, en parte, lo entendía, era su forma de evadirse e ir superando a mi madre de a poco, y yo debía aceptarla porque para ser sincera si fuera él haría exactamente lo mismo.
-Hoy acabo antes- me guiñó un ojo para luego levantarse y darme un beso en la cabeza -suerte en tu primer día, te recogeré en la entrada. ¡Te quiero! - cogió su maletín y se ajustó la corbata y la americana azul para luego desaparecer por la puerta.
Para ser sincera mi padre tenía muy buen porte, entendía lo que mi madre había visto en él. Tenía el pelo negro adornado con algunas canas blancas por la edad, los ojos de un color azul intenso que me hubiese encantado heredar puesto que los míos eran de color miel y una nariz pequeña y un tanto chata, tal y como la mía. Aunque a excepción de eso, yo era la copia exacta de mi madre, o eso me decían; pelo castaño, ojos oscuros y unos hoyuelos que se asomaban automáticamente al sonreír que daban un aire aniñado al conjunto. Ella era increíblemente guapa y me halagaba que me compararan con ella.Me lavé los dientes, cogí mi mochila y salí de casa. Para mi sorpresa, Kate, Dan y Fred estaban en el coche esperándome. Subí rápidamente, los saludé a todos con un buenos días y me puse a hablar con Kate animadamente sobre cualquier cosa.
-Vaya, no sabía que vivíamos tan cerca- me comentó Fred con una sonrisa a mi lado.
-¿Vives en esta calle?- asintió sonriente -Tiene que ser el destino- bromeé. Era increíble lo fácil que resultaba hablar con él. Yo no era una persona que se abriera fácilmente a los demás pero el me inspiraba mucha confianza, como Kate y Lizzie. Aunque tenía que admitir que Fred me ponía un poco nerviosa. Era muy atractivo.
-Destino es que la ventana de su habitación esté pegada a la mía. Quizá algún día me dejes ver ese cuerpazo, desde la distancia aunque sea.- interrumpió Dan y me sonrió de forma pícara por el retrovisor a lo que yo contesté con el ceño fruncido.
-Sí idiota, creo que le has dado a la chica motivos para cerrar las cortinas y que jamás vuelva a abrirlas- comentó Kate mirándome divertida.
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¿Qué hay con esa?
Teen FictionA causa de la muerte de su madre, Skyler Wait se ve obligada a dejar su ciudad natal para mudarse a Los Angeles. Es una chica difícil de manejar, orgullosa, cabezota y tal vez un poco entrometida, cosa que no gustará para nada a Alek Hills, un apues...