Capitulo 3
Sentí cuando se paro el tren. Pero no quería abrir los ojos tan rápido y descubrir la realidad. Ya no había vuelta atrás. Sea lo que sea que se me paso por la cabeza cuando quise hacer esta locura, ahora no tenía ningún sentido. Mire hacia delante y respire hondo varia veces. Mis ojos cerrados me relajaron, pensé en levantarme y afrontar el circo que había montado. Pero una voz me hablo antes.
-Si te quedas aquí más tiempo, perderás el carruaje que te lleve al colegio y te mandaran de vuelta a casa- Ni me inmute de la presencia del chico que me hablaba. Por lo menos físicamente no se noto. En mi interior, había pegado un brinco monumental. No solo porque no me esperaba que alguien se parara a decirme algo, si no más bien, por quien se paro a decirme algo.
El chico rubio de ojos plateados que me había comprado la varita me miraba interrogante. Yo solo pude mirarle embelesada. Intente que no se notara el repaso que le hice. Estaba casi vestido con el uniforme, solo le faltaba la túnica y la corbata, llevaba las mangas dobladas hasta el antebrazo, marcado todos los músculos del brazo, pero también dejando ver un tatuaje. Un tatuaje que conocía muy bien. Sentí que todo lo que me paso por la cabeza se reflejo en mi cara porque su cara cambio al segundo. Esta vez su mirada era gélida y carente de sentimientos. Antes que me diera tiempo a aclarar que me daba bastante igual que haya sido un Mortifago apareció una chica.
-Draco, amor, vámonos o nos quedamos en tierra.- No me puse a pensar porque, pero la odiaba. Desde su tono asquerosamente meloso y chillón hasta su mirada de desprecio mal disimulada que me mando sin razón. Me sonrió. Una de las sonrisas más falsas que he visto.
-Astoria Greengrass, encantadísima de conocerte-Otra vez esa sonrisa.
-Igualmente.-Dije mientras apretaba su mano.
-Perdóname si me equivoco cielo, pero nunca te he visto por aquí- Se pego a Draco de una manera exagerada- ¿Eres nueva o algo?- Se rió como si hubieran dicho el chiste mas gracioso del mundo. Yo la mire como si estuviera loca y baje mi equipaje de su sitio. Espere a que se le pasara el ataque de histeria y la mire con indiferencia.
-Si, lo soy- Salí al pasillo del tren y me despedí con un "nos vemos"
Antes de irme vi la cara del chico. Intentaba con todas su fuerza no reírse y me miraba de una manera extraña. Salí en mitad de una marea de estudiantes emocionados por el nuevo año. Ya empezaba a ponerme nerviosa tanta gente junta. No tenia claustrofobia o algo que pudiera servir como excusa, pero desde pequeña, no me gustaba estar en mitad de mucha gente. Sentirme atrapada, sin poder saber si alguien me atacaría por la espalda. Vi un pequeño hueco entre la gente y me escabullí sin pensarlo.
En un pequeño descampado, algo apartado de la gente, había un carro. Un extraño animal alado con aspecto esqueletico, descansaba sin ganas delante del el. Vi hacia los demás carros y vi que estaba bastante lejos. Me acerque sin pensarlo y me arrodille a su lado.
-Que paso pequeñín, ¿te perdiste?-Acaricie su cuello y el me miro interesado en su nueva acompañante.- ¿Sabes que tienes que llevarme a colegio? Me encantaría quedarme aquí contigo pero si no me llevas tendré problemas.- El animal se retorció divertido debajo de mis manos. Por primera vez en casi diez años, me gusto sonreír. Me relajo la cara. Me sentía tan bien que rece para qué es momento nunca acabara.
Pero por desgracia, o por fortuna, fue acabado por un chico que entro en el descampado en el que me encontraba con mi nuevo amigo. Escuche que murmuraba cosas como "te juro que lo matare" "maldito rubio del infierno" "no podría mantener su culo cerca". Oi como se acercaba cada vez mas. Entro por el mismo sitio que yo, pude notar perfectamente su desconcierto. Se aclaró la garganta.
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Hija Bastarda
FanfictionSexo, sangre, amor y otra infinidad de locuras asolaran la vida de esta chica con un pasado muy oscuro. Ser la hija del mago tenebroso mas poderoso de la historia es un terrible castigo que no se merece Kim. Aunque piensa que estara sola para el res...