—Concentraos.—el viejo maestre alzaba unos viejos papeles ante la mirada del Rey en el Norte y la muchacha Hawke.—Tenéis que centrar el fuego en los escritos, podéis conseguirlo.
Ava cerró sus ojos tratando de conseguir que el plateado regresara a su iris, a continuación observo detenidamente la mano de su maestre que sujetaba los viejos pergaminos, pasados varios minutos, seguía sin ocurrir nada.
—Me rindo, desconozco cómo lo conseguí la última vez.—la castaña se puso en pie frustrada y se acercó a Nieve que se dedicaba a observar sus intentos por tratar de controlar el fuego.
—No lo estáis haciendo mal, mi señora.—Ava sonrió para Jon.
—Llevo dos días de travesía encerrada observando un par de hojas como si fuese a pasar algo, pero no, nada ocurre, mi Rey.—Aelric tomó asiento y se llevo los dedos a sus sienes.
El descubrir lo que había pasado y cómo controlarlo para usarlo a su favor había ocupado todo el viaje hacía Roca Dragón. Casi sin descanso leían viejos archivos sobre la familia Hawke en busca de una guía, aunque dudaban que fuesen a conseguir un manual de instrucciones sobre cómo crear fuego con la mirada.
Notaron el barco detenerse bajo sus pies y varios instantes más tarde llamaron a la puerta. La cabeza de Nicholas se asomó.
—Acabamos de anclar cerca de Roca Dragón, mis señores.—seguidamente observó a Ava la cual se mantuvo en silencio mientras Jon agradecía que se acercase a avisar.—Lamento interrumpir.
La puerta se cerró y se miraron entre ellos.
—¿Volverás a dirigirle la palabra?—preguntó Nieve mientras se disponía a salir.
—Quizá lo haga.—Ava se adelantó a abrir la puerta y ascender hasta la parte superior del barco.
Allí arriba estaban esperándoles en las barcas. Ava dirigió una mirada de soslayo a Nicholas que se encargaba de vigilar el reparto de las barcas, y por supuesto, les acompañaría a Roca Dragón.
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—Este lugar es horrible.—la castaña provocó una sonrisa al rey en el Norte.
—¿Cómo era vuestra casa, mi señora?—el rostro de la chica Hawke palideció y su alegría pareció disiparse.—Perdonadme, no es necesario que respondáis.
—Está bien.—le dedicó una mueca que no llegó a ser una sonrisa.
La costa estaba cerca y un numeroso grupo de soldados les estaban esperando, acompañados de un curioso enano barbudo.
—Tyrion Lannister.—fué lo primero que dijo Jon al ver al enano.
—Jon Nieve, bastardo Stark y rey en el Norte.—citó de vuelta el rubio.
Los dos se dieron un cálido recibimiento hasta que llegó el momento de presentar a la acompañante de Nieve.
—¿Y quién es vuestra bella acompañante?—dijo con cierto doble sentido para el bastardo.
—Ella es...—Jon observó a la muchacha durante algunos segundos sin saber qué decir o cómo presentarla.—Aunque suene increíble, es... la última Hawke.
Los ojos del Lannister se abrieron de par en par y se dedicaron a examinarla con gran cuidado.
—Aunque tiene ciertas facciones parecidas al señor Hawke, sus ojos no son del color que deberían ser.—Nieve negó con la cabeza.
—Os sorprendería lo que esos ojos pueden hacer.—Ava soltó una sonrisa observando al rey en el Norte y él confundido analizó su anterior frase.—En el buen sentido, mi señora.
Tyrion compartió algunas miradas con las gentes que le acompañaban, seguido de una petición para que le acompañasen dirección al castillo. De camino se toparon con tres enormes dragones sobrevolando Roca Dragón, todos lucían sorprendidos excepto Ava que tenía una extraña sensación de deja vu al ver esa imagen.
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El aire golpeaba su rostro y deshacía su trenza, aunque a ella parecía importarle poco porque solo podía observar el ágil vuelo de los seres mitológicos.
Unos pesados pasos descendieron las escaleras y se posicionaron a su lado, tomandose un momento para respirar.
—¿Ha recibido a Nieve?—Nicholas asintió mirando al frente.—Son increíbles.
Su comandante la observó con cierta sorpresa para luego carraspear, obligando así a la muchacha Hawke a centrar su atención en él.
—Vos no necesitáis de lagartos voladores, vos sois el fuego, mi señora.—la voz del rubio sonaba extrañamente sentimental.—Vuestro padre siempre decía que el dragón nunca dejó de tener miedo al fuego. Creo que comienzo a entender por qué no dejaba de repetirlo.
—Padre una vez me contó de una leyenda tan antigua como Valyria, en la que un fénix derramó una lágrima sobre el cadáver de un hombre y este resurgió de entre las llamas. Así decía que nació nuestra familia, en ese entonces creía que era un simple cuento infantil ya que no existía más ser que el humano, pero viendo esto, quizá no mentía.
—El primer Hawke tenía la habilidad de prender fuego toda una ciudad con la única necesidad de un pestañeo. Al menos eso dicen los libros.—Nicholas se acercó más a la chica volviendo a mirar hacía el horizonte, estaba anocheciendo.
—Si tan poderoso era, ¿por qué no se proclamó rey?—Ava dejó una sonrisa de suficiencia en el aire.
—Cuando cae la nieve y sopla el viento blanco, el lobo solitario muere, pero la manada sobrevive.—citó Nieve a sus espaldas, sorprendiéndolos a los dos.—El invierno es largo para librar una guerra solo.
Nicholas observó a Ava y después al rey en el Norte, agachó la cabeza y tomó la iniciativa para irse.
—Nicholas.—llamó la muchacha para que su comandante se girase.—Más tarde debemos hablar.
El rubio asintió con la cabeza mientras una sonrisa se formaba en las comisuras de sus labios, Ava asintió de vuelta y observó cómo su comandante ascendía las escaleras. Jon se situó a su lado, contemplando los dragones.
—¿Sabéis por qué la llamaban Tierra Ceniza?—preguntó Ava recordando su conversación de aquella tarde.
—El ave fénix, el escudo de vuestra casa.—dijo el bastardo.
—No solo era eso, la arena de las playas era negra. Cuando se llevaba a cabo una incineración las cenizas de aquella persona se tendían en la costa, en recuerdo a los caídos.—la chica se volvió para que el viento se le agolpase en el rostro nuevamente.—El castillo era más alto de lo que vuestra mente pueda llegar a imaginar, una fogata decoraba la torre mayor con la estatua de un ave fénix extendiendo sus alas sobre ella.
—Hubiese sido un placer conocer vuestra tierra.—los dos muchachos se miraron compartiendo un sentimiento de melancolía.
—Aún podéis, Jon Nieve.—el chico pareció sorprenderse al escuchar su nombre salir de sus labios.—Algún día, cuando todo esto acabe. Tierra Ceniza volverá a tener dueño.
No hicieron más que observarse en silencio, sin saber qué más decir esperaron a que el sol terminara de esconderse.
—¿Conocistéis a la reina dragón?—preguntó finalmente Ava.
—Por supuesto, quiere que hinque la rodilla.—el rey en el norte se enderezó corrigiendo su postura para lucir más serio.—Aunque no me arrodillaré dos veces.
La chica Hawke sonrió.
—Necesitáis el vidriagón, mi señor, y de sus dragones si no me equivoco.
—La lealtad no se compra.—la castaña se quedó sin palabras.
—Y para mí, ¿no tiene ningún mensaje?
—Daenerys Targaryen quiere conoceros.
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HAWKE
Fanfiction❝PUEDE QUE ESTÉ LOCA, PERO TIENE MAGIA EN SU INTERIOR Y SU FUEGO NO MIENTE.❞ 『a song of ice and fire based story』 halfptfive© 2017