doce

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Ava se acercó hasta el lugar donde, su adversaria y su recientemente re-descubierto aliado, conversaban apaciblemente.

—Perdón por la interrupción, pero debo hablar con el Rey en el Norte.—Jon buscó la aprobación en Daenerys, aunque ella dudó, terminó por irse.

La peliblanca se marchó a paso calmado y los dos se miraron durante varios segundos, Nieve se acercó a Ava y ella retrocedió un paso.

—Vais a volver a iros, ¿verdad?—Jon se detuvo molesto.

—Sí.—la castaña jugueteó con sus manos hasta por fin lograr encontrar las palabras necesarias.—Os brindare toda la ayuda necesaria para librar la guerra contra los muertos, pero antes, debo atender unos asuntos de vital importancia.

Jon rió.

—¿Vital importancia?—preguntó él ironicamente.—Dejad de huir cuando más se os necesita.

—Como he dicho, os ayudaré.—Ava miró a Nieve.—Cuando vuelva.

El rey en el Norte asintió molesto, aunque esto no significaba que cerraría el tema ni mucho menos.

—¿Necesitáis ayuda? Me gustaría que estuvieséis aquí lo antes posible, la Gran Guerra no espera.

—Escuchad.—Ava se acercó a Nieve.—Han secuestrado a Nicholas y toda mi flota, desconozco quién y cómo tiene esa habilidad, pero ni tres dragones podrían ayudarme a hacer la búsqueda menos complicada.

—¿Creéis que os estoy ofreciendo la ayuda de Daenerys?—Jon alzó las cejas y Ava comenzó a alejarse.—No se deja a nadie atrás, ¿verdad?

La castaña se detuvo ante estas palabras, notaba nuevamente la ironía en su voz.

—¿Qué podía hacer? Estabáis hechizado por el encanto de la reina dragón, deseaba irme, ví mi oportunidad y la tomé.—justificó Ava.

—Ni siquiera os despedistéis.—replicó Nieve.

—Iba a hacerlo...—Ava recordó la razón de por qué no acudió en el encuentro de el rey en el Norte aquella noche y decidió quedarse en silencio.

—Deberiáis haberlo hecho.—los dos volvieron a quedarse en silencio compartiendo otra vez miradas.

—Tengo que irme, Jon.—Ava volvió a retomar el paso.

—¡Dejadme ir con vos, maldita sea!—la castaña se detuvo.

—Sois más molesto que un dolor de cuello, Jon Nieve.—Ava sonrió.—En una hora en el puerto, si vuestra madre os da permiso.

El rey en el Norte le devolvió la sonrisa y observó como la Hawke se reunía con su hermano y compañía para tomar camino hacia las embarcaciones.

***

Alexander desplegó el mapa sobre la mesa tomándose un momento para observarlo.

—Bien, aquí esta Pyke.—señaló con el dedo.—Si hubiesen tomado la ruta de más cercana habrían atravesado el puerto de Roca Casterly y desembarcado en Alto Jardín sin mayor complicación.

—Quizá desembarcaron en Aguasdulces.—añadió Gwath.

—¿Y atravesar Desembarco del Rey y Roca Casterly a pie? Demasiado arriesgado.—esta vez habló Nieve, quien se llevó las miradas de todos los allí presentes.

Ava se acercó hasta la mesa y analizó el mapa una y otra vez, pensando en las posibilidades que podrían tener si algo marchara mal.

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