Rubén Doblas Gundersen fue una de las personas más importantes que pudieron haber aparecido en mi vida; habíamos sido la mejor pareja del mundo, cruzando fronteras y llegando lo más lejos posible... hasta que un día acabó.
Él siguió con su vida en Y...
AVISO: Los Banner van a representar a partir de ahora quién narra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Unas horas más tarde me encontraba arreglándome para ir junto a Kya a la cita con el abogado. No me costó mucho contactarlo, pues varios de mis amigos, al saber que buscaba un abogado, me han recomendado a ese chico que por lo que veo es el mejor de España. Me alegré mucho cuando aceptó apoyarme con el caso, me imaginé a Kya poniéndose muy feliz por el simple hecho de tener a alguien experto haciendo lo imposible para que gane el caso, pero me llevé una gran sorpresa al ver que su reacción fue otra. Cuando vi su expresión en su rostro supe que algo andaba mal y no entendía por qué. Por un momento pensé que Kya conocía a ese tipo por amores del pasado o algo por el estilo, pero eso cambió al recordar que ella no había tenido pareja después de mí. Pero de que había algo que le incomodaba lo había.
Terminé de echarme perfume y salí de la habitación. Ya en la sala Kya se encontraba lista para partir.
-Te portas bien, cariño, promete no portarte mal con Inés -Kya le dio un beso en la mejilla a su hija mientras esta se sonrojaba levemente ante aquel acto tan cursi.
-Sí, mami -le respondió la pequeña sonriente.
Kya asintió y se acercó a mí para tomarme de la mano. Después de eso salimos de la casa y caminamos tomados de la mano hasta la cafetería «Coffee time» donde nos encontraríamos con Shawn.
-Debo admitir que hablar este tema me pone muy nerviosa -confesó. Movió su cabello ansiosa y después me miró con miedo.
-Tampoco es que sea un tema fácil de hablar -rodeé su cuello con mi brazo y besé su cabeza.
-Lo sé pero... Esto es por Maddie, tengo que tener el valor para hacerlo -bajó su mirada y soltó un suspiro.
-Oye, tranquila -paré el seco, la giré y tomé su barbilla con mi mano para que me mirara- Eres una chica muy valiente, mucho estáis haciendo al enfrentarte esto sola sin ese imbécil que te abandonó con esa niña tan mona. En lugar de él estoy yo, te apoyaré sin importar qué tan fuerte esté la situación.
Kya me regaló una sonrisa de oreja a oreja y se lanzó a mis brazos. Pude sentir cómo soltaba pequeños sollozos pero no me importó. Me quedé abrazándola hasta sentir que se tranquilizó. Me separé un poco y la miré; sus ojos aún estaban rojos e hinchados por haber llorado y sus mejillas estaban sonrojadas. Limpié una pequeña lágrima que se le resbalaba por la mejilla y le acaricié el rostro, ella simplemente disfrutó de mi contacto. Tenerla así de cerca y sentirla de esa manera me gustaba y me daba una sensación tan satisfactoria para mi cuerpo. No me importaba sentir los escalofríos recorrer mi cuerpo al tener contacto con ella, esa caricia que le estaba haciendo en el rostro provocaba miles de sentimientos en mi interior, incluso ella se dio cuenta de mi reacción al tocarla, pues sonrió y me besó. Ese beso fue tan tierno y dulce que quise más de ella... Pero me controlé.
