Jugar con fuego

Reencuentro

SeokJin pov

—Aun no han pasado 24 horas.

—Váyanse a la mierda.

Sali completamente enojado de la estación de policía, eran unos inutiles, mi madre y yo hablamos con el y sigue con lo mismo.

Entre al auto y mire a mi madre quien estaba tembkando y sus mejillas llenas de lagrimas.

—La encontraremos, ella estará bien-

Mi madre comenzó a negar con su cabeza y luego me miro.

—Yo se como funciona eso SeokJin, yo se como es ese tipo de gente, no puedes asegurarme que ella está bien, nadie puede...

No podía con esto, queria tirarme de un puente y esperar a mi muerte, esto era lo peor, si yo estaba a punto de morirme, mi madre estaba en una situación peor.

Ver a mi madre llorar, era la peor escena que pueda presenciar.

Deje a mi madre en su casa, ella necesitaba descansar ya que en ningún momento dejo de llorar, cuando la deje en su casa le dije que se tomará unas pastillas para dormir, yo las tomaba cuando era muy necesario, y mi madre vaya que las necesitaba.

Mientras conducía a otra estación de policía y alguien llamo a mi celular, como pude lo tome con una mano y conteste sin dejar de conducir.

—Diga.

—Kim SeokJin, ya sabia de donde te me hacías conocido.

—¿Quien e-

—¿Quieres ver a JiSoo viva?

Frene de golpe, mi mirada al frente de la carretera procesando todo.

—¿Q-quien....q-quien eres?..

—Mi nombre te lo dare después, de hecho ya deberías conocerlo, pero quiero volver a verte, ve al rio Han solo, ahi te espere.

La llamada termino, arroje mi celular a cualquier lado del vehículo y golpe el volante, carajo....carajo..

—Mierda..

Lo mas rápido que pude me dirigí al río, estacione en cualquier lugar, era de noche y no había nada de gente, baje del vehículo y me quedo parado ahí, esperando lo que sea, pero estaba desesperado, nervioso, asustado, maldita sea, tenia miedo, pero quería ver a mi hermana.

Necesito a mi hermana.
Quiero recuperar a mi hermana.

Antes de que me diera cuenta, siento que el aire me faltaba y todo se volvió negro.

Abri mis ojos, estoy seguro que los acabo de abrir, pero no veo nada, absolutamente nada, senti un movimiento, estaba en una camioneta, intente sentarme pero la bolsa en mi cabeza no me dejaba ver.

—Quitale esa cosa.

Me quitaron la bolsa de encima y pude ver a dos hombres, e, que iba conduciendo y el que me la quito, quien me sonreía de oreja a oreja.

Estoy asustado, estoy a punto de hacerme pipi y llorar.

—Te pareces mucho a ella.