Jugar con fuego

—NamJoon...

SeokJin entro en silencio a la habitación de su novio (como en su cabeza le gustaba nombrarlo) y llamo su nombre suavemente.

El mayor, sentado enfrente de su computadora miro a SeokJin.—¿Que ocurre?

Jin no quería pedirle un favor a NamJoon, el sabía que después de aquel incidente salir fuera sería un desafío ya que no se sabia con claridad si había alguien más en su contra, pero esto era algo importante que debía hacer.

—Mi mamá...ella esta en el hospital, se enfermo y me preguntaba si podrías....o bueno es que..quiero ir a verla..

Jin no sabía que pasaría, pero en serio quería ir a visitarla, decirle que todo esta bien y no ocurriría nada malo, que el esta bien y ella no debe de preocuparse.

—Claro.

Oh.

NamJoon volvió al trabajo en su computadora y Jin solo siguió con su vista en NamJoon.

¿Y ahora que?

Ya consiguió el permiso, pero no tenia el como ir, ni cuando podía, estaba tan acostumbrado a que fuera el mayor que le dijera que hacer exactamente como el quería que ahora necesitaba instrucciones incluso para esto.

—YoonGi ira contigo, llámalo...oh, se me ha olvidado, toma.—NamJoon saco un celular negro de uno de los cajones y lo lanzo sin cuidado alguno a SeokJin quien torpemente lo atrapo.—Es nuevo, tiene todos los números de nosotros, creo que era tiempo que lo cambiaras por tu viejo celular.

—G-gracias..—El castaño salió de la habitación con su nuevo celular en sus manos.
Miro el celular y se ruborizo un poco, le agradaba tener contacto con NamJoon ahora en un teléfono, aunque prácticamente viven juntos aun así le emocionaba.
Se dio un pequeño golpe mental debido al como se comportaba con NamJoon, hace unos días fueron sus muestras de cariño eran asaz afectivas y ahora ni podía hablar con el.

Miro los contactos y encontró el nombre de YoonGi, dudando un poco decidió presionar a llamar.

—¿Diga?

—Ehm, soy yo, Jin.

—Ah, principe azul, ¿Que necesitas?

—Perdón por molestarte, pero¿Podrías llevarme al hospital central? Necesito ir de visita.

—Claro, estaré ahí en menos de una hora, no salgas hasta que veas mi carro fuera.

—Gracias, entiendo.

Después de despedirse SeokJin suspiro, ahora se sentía tonto, se preocupaban mucho por el, no estaba mal, pero el suceso de antes le hizo sentirse como un cachorro indefenso, y muy estupido, por su culpa y ganas de salir llevo a todos dentro de un caos y a el mismo. El mismo se metió a la boca del tigre y ahora debía cargar con el peso de sentirse inútil.

Fue al menos media hora lo que le tomo a YoonGi llegar, SeokJin pensó en si ir con NamJoon y despedirse de el, su cabeza daba demasiadas vueltas que ya no sabía que hacer para dejar las incomodidades con NamJoon, soltó un suspiro y salió de la casa, resolvería esos problemas luego.

Entro en el asiento del copiloto y miro a YoonGi quien tenía unas gafas negras puestas.

—¿Listo principe?