Jugar con fuego

¿Seguro?

No fue muy romántico, menos especial, sobretodo inesperado.

Caminando en una plaza, tomados de la mano, SeokJin decide sacar su celular para mostrarle algo a NamJoon.

—Quiero que mires esto, lo venden a un precio muy barato y-

—Creo que deberíamos casarnos.—Interrumpió el más alto.

SeokJin aparto la vista de su celular y observo a su novio, parapadeo un par de veces y preceoso aquellas palabras en su cabeza.

—¿Casarnos?—El castaño se estaba preguntando si lo que NamJoon había dicho era cierto.

—Si, quiero que te cases conmigo.

Su voz tan casual, como si fuera un simple comentario, una propuesta sencilla, como si fuera nada. Pero en realidad era así, para NamJoon no fue nada difícil tomar esa decisión y mucho menos comentársela a Jin, estaba muy seguro de que amaba a Jin, era estupido pensar que no, ya vivían juntos y una de las cosas que el más odiaba era estar lejos de Jin, aunque vivieran en la misma casa, algo faltaba, así que, si, casarse fue la solución,tener un lazo así sería perfecto, una solución rápida.

No.

Jin sintió su cabeza mareada, su cara ponerse roja y caliente, sus manos sudando y sus pensamiento dando mi, vueltas mientras al mismo tiempo se quedaban en blanco.

Casarse.

Amaba a NamJoon más que a nada, si, pero aun así, por alguna razón el simple hecho de pensar en casarse lo emocionaba y aterraba al mismo tiempo, lo ponía inseguro, en menos de 4 segundos que parecieron 3 horas fue suficiente para que un montón de dudas y miedos aparecieran en su mente. Una lazo que debe y es considerado irrompible, ahora puede tenerlo con NamJoon.

Pero a pesar de el miedo, dudas e inseguridades que llegaban a su cabeza, solo había una respuesta.

Aceptada.

Claro que lo hacía.

—E-eh, si, estaría bien.

Pero aun así seguía en tremendo estado de shoock que no pudo hacer nada más que quedarse parado, mirando a su novio enfrente de el.

—¿SeokJin?

No podía moverse, por alguna razón estaba demasiado nervioso, sus ojos se clavaban en los de NamJoon sin poder apartarlos, no podía mirar a otra lado por alguna razón.

Casarse.

Demasiada rápido.
En que momento todo cambio tan rápido. NamJoon era un traficante de drogas, armas, tenía amigos que mataban a los demás por dinero, como si fuera otro trabajo cualquiera.

Nadie ira a su boda. Nadie podía saber que el era el esposo de NamJoon, todo iría peor si se enteraran. Además de que nadie le volvería a hablar si se enteraran de que se caso con un traficante, un asesino, ladron, cualquier insulto que a alguien se le pueda ocurrir.

–¿Jin? Ey.

Su mareo se detuvo, se calmo un momento y miro la expresión de preocupación en su pareja. Esos ojos viéndolo tan preocupado.

—Solo es que...nunca imagine esto sabes, casarme.

—¿No quieres casarte?

—¡No! Vaya...claro que quiero pero es solo que estoy muy sorprendido, emocionado. Estoy muy feliz, Namjoon.

El nombrado se acerco a Jin y puso sus manos en ambos lados de su rostro para besarlo.

—Le dire a L.E que nos ayude.

—¿Ella sabe de organización de bodas?

—No, pero se ha casado 3 veces, algo debe de saber.

—Razonable.

NamJoon beso la frente de su ahora prometido.
—Vamos a casa.

—No estoy de acuerdo.

—JungKook...

Jin estaba cansado de tener la misma conversación, ya le había explicado que se iba a casar con NamJoon si o si. Aunque estuviera asustado y confuso, su respuesta era si.

—No. No hay argumento que me digas que sea razonable para justificar el hecho de que te estas casando con...con el. Decir que estas enamorada no justifica nada.

—Soy un adulto y mi decisión es casarme con el.

JungKook se cruzo de brazos y miro alrededor de la casa de Jin, había ido a visitarlo toda la semana y siempre era la misma discusión.

—No te estas comportando como uno.

Jin frunció el ceño. —Soy mayor que tu, se lo que hago, y tu quien eres para decirme si mis decisiones son las correctas.

—Tu mejor amigo.

—Eso no justifica nada.