RETO ACEPTADO [ꜰʀᴇᴅ ᴡᴇᴀꜱʟᴇʏ]

EL TROLL



CAPITULO 10: 

El Troll

La visión era más que grotesca, esa criatura debía medir como tres metros, su piel parecía como de piedra, su cabeza era diminuta para ese cuerpo, y sus brazos eran deformes y largos. Aunque lo más horroroso, seguramente, era su olor.

La criatura acababa de entrar al baño, y podía jurar que alguien había cerrado la puerta con llave ¿Intentan asesinarnos?

El troll nos observó durante un momento, ambas estábamos paralizadas del miedo, el personaje deforme avanzaba hacia nosotros con claras intenciones dañinas.

- ¡Hermione, reacciona! –La tome del brazo y la arrastré lejos del lugar donde su garrote impactó, ella gritó horrorizada y me siguió lo más lejos posible de esa cosa hasta que llegamos al final de la habitación.

Hermione temblaba del miedo y observaba fijamente al troll con la boca abierta. Entonces, como si fueran ángeles enviados del cielo, Ron y Harry aparecieron, por supuesto, hubiera preferido un maestro, pero en tiempos desesperados medidas desesperadas.

- ¡Eh, cerebro de guisante! – Gritó Ron, tirándole un caño de metal, logró llamar la atención del gigante, que puso una expresión muy estúpida, odio decirlo, pero me recordó un poco a Marcus.

- ¡Corran! – Nos gritó Harry, no hubiera necesitado decírmelo dos veces a mí, pero Hermione estaba en shock, y seguía agazapada contra la pared.

El troll se acercaba a Ron, quien estaba más cerca y no tenía cómo escapar, Harry y yo corrimos desesperados hacia él. El niño saltó sobre el gigante, y yo me puse delante de Ron justo para recibir un golpe del garrote en la cabeza.

- ¡Diana! – Gritaron Ron y Hermione cuando caí a uno dos metros de donde me encontraba antes, al menos eso la hizo reaccionar, logré pararme con mucha dificultad y con ayuda de ella. Me costaba enfocar la vista, pero creo que de alguna forma Harry clavó su varita en la nariz del individuo deforme, lo cual debió dolerle, porque parecía enojado.

- Qué asco – Dije antes de volver a caer al suelo.

- ¡Diana! ¿Me escuchas? – Hermione me llamaba, pero me costaba prestarle atención – Diana, no te duermas.

Luego de eso todo se puso más borroso, luego negro, y de alguna manera, y a pesar de la situación, entré en un reconfortante sueño.

- ¡Qué asco! La varita de Harry debe estar llena de mocos – Fue el primer pensamiento que tuve sin abrir los ojos – Me pregunto de qué estará hecha.

- Luego le preguntas, por ahora ¡Despierta! – Una inconfundible voz masculina me sobresaltó.

- ¿Fred? ¿Qué haces en mi habitación? – Me levanté de golpe, pero al parecer no fue buena idea, el movimiento repentino me causó un gran mareo.