PERDIDA

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Capítulo 18: Perdida

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Capítulo 18:
Perdida

Desperté debido a un dolor punzante en mi cabeza, todo daba vueltas y solo empeoró cuando me levanté. Me tomó un minuto recuperarme y notar que estaba en mi habitación ¿En qué momento me acosté?

Lo último que recordaba... No tenía idea de qué era lo último que recordaba, las imágenes en mi cabeza no parecían tener un orden cronológico.

No había rastro de mis compañeras de habitación, y el reloj indicaba que eran pasada las nueve de la mañana.

Me vestí, y estaba considerando la posiblidad de ir a la enfermería cuando alguien abrió la puerta.

- Por fin te encuentro - Era Katie Bell, y parecía tener prisa - ¡Vámonos la prueba va a empezar!

- ¿La prueba? ¡La prueba! - Dije entendiendo que hablaba del torneo.

Corrí junto a Katie pero al salir del castillo ella se dirigió a la dirección contraria de dónde dijeron que sería la prueba.

- Espera ¿A dónde vas? - Pregunté algo agitada - ¿No era en esa dirección?

- Esa era la primer prueba, tontita - Contestó tomando mi mano para impulsarme a seguirla - La prueba de hoy es en el lago.

- ¿De qué hablas? La primer prueba todavía no se realiza.

- ¿Qué dijiste? - Se detuvo en seco me miró asustada, iba a decir algo cuando oímos el bullicio del lago.

Nos acercamos a la tribuna que rodeaba una parte del lago, los campeones ya se sumergieron en el agua y yo estaba más confundida ¿Qué pasó con los dragones? Podía sentir que algo me faltaba.

Mire a mi alrededor, perdí a Katie en la multitud, todos miraban el lago espectactes. Rápidamente encontré a Fred y sentí un alivio increíble, hasta que nuestras miradas se encontraron. Él me miró con una frialdad que jamás había visto en sus ojos.

- ¿Fred? ¿Pasa algo? - Balbucé más confusa que nunca.

- Ah ¿Ahora quieres hablar? Estoy algo ocupado en este momento - Dijo antes de regresar su mirada al lago.

¿Qué estaba pasando? ¿Porqué Fred me trataba así? Algo había pasando y yo no sabía qué.

- Dale tiempo, sigue algo cascarrabias - George también estaba ahí, no lo había notado - Ya sabes, tuvimos ese pleito con Bagman el otro día, está de mal humor...

- ¿Qué día es hoy?

- 24 de febrero - Respondió confundido.

¿Me había perdido dos meses? Mi pecho comenzó a doler y respiraba de forma agitada, me estaba hiperventilando.

- ¿Estás bien? - Me preguntó George asustado cuando comencé a perder el equilibrio y tuvo que sostenerme para que no impactara con el suelo - ¡Diana!

- Tiene un ataque de pánico - Fred por fin se dignó mirarme, sus ojos ya no eran fríos y expresaban mucha preocupación - Diana, linda, tienes que respirar con calma - Intenté seguir sus instrucciones pero me era difícil concentrarme. Él intentaba decirme algo pero no podía oírlo, todo se oía como si yo estuviera bajo el agua, todo parecía ser cada vez más lejano, y todo se volvió negro.

.

Volví a despertar confundida y, nuevamente, sin saber cómo había llegado a aquella cama. Pero el hecho de estar en la enfermería me dió un indicio.

A mi lado, sentado en una silla, estaba Fred durmiendo con los brazos cruzados y la cabeza gacha. Se veía tan tierno.

- Fred - Quise llamarlo, pero se me ocurrió algo mejor, golpeé su cabeza y volví a cerrar los ojos fingiendo dormir.

- ¡Ah! ¿Qué? - Despertó asustado mirando al rededor confundido, luego sentí como se sentaba en la cama junto a mí - Ya sé que estás despierta, Didi - Pero yo no respondí nada, mantuve los ojos cerrados, hasta que sentí un pequeño rose en los labios. Abrí los ojos y me encontré con sus traviesos ojos marrones mirando los míos de cerca.

- Esto me recuerda a un cuento muggle.

- ¿De verdad? ¿Cuál?

- No recuerdo el nombre - Contesté acariciando su rojizo cabello, sentía como si llevara siglos sin estar así de cerca de él.

Volvimos a besarnos, esta vez siendo más que un mero rose, durante unos minutos dejé de sentir ese dolor en mi pecho, todas mis preocupaciones desaparecieron. No sabía qué había pasado con nosotros, pero estaba segura de que lo arreglaríamos. Entonces un carraspeo nos interrumpió, y lo empuje de inmediato.

- Ya que la señorita se despertó, - Era la enfermera Pomfrey - Me gustaría examinarla, si no es mucha molestia, señor Weasley ¿Por qué no va a cenar?

- No hay problema - Dijo Fred mientras contenía su risa al ver mi rostro, sentía que toda mi cabeza ardia - Nos vemos - Me saludó antes de marcharse.

- ¿Qué hora es? - Pregunté, notando que afuera todo estaba oscuro - ¿Llevo todo el día durmiendo? - La enfermera me examinó sin decir una palabra, normalmente se quejaba de mi irresponsabilidad cuando me hería en las prácticas de Quidditch, ahora solo hizo un par de preguntas acerca de lo que hice hoy o si me golpeé la cabeza - ¿Qué me pasa?

- Tengo una teoría, pero debo confirmarla - Dijo Madame Pomfrey, con esa mirada séria que asusta más cuando proviene de un profesional de la salud - El director vendrá en unos momentos y hablaremos con calma.

- ¿Qué sucede? - Insistí.

- Eso me gustaría saber a mí también, señorita Flint.

- Director Dumbledore - El hombre alto y barbudo estaba entrando a la enfermería, y tampoco parecía saber de la situación. La enfermera se lo llevó a su oficina para hablar en privado, lo cual fue muy frustrante porque, teniendo en cuenta que se trataba mi salud, creo que también me incumbía.

Esperé sentada en el borde de la cama hasta que los dos adultos salieron luego de unos minutos con una mirada muy seria.

- Buenas noches, señor - Dije nerviosa, cuando Dumbledore tomó asiento frente a mí.

- Buenas noches, Diana Flint - Saludó con su amable expresión habitual, y aún así se veía claramente preocupación en su mirada - ¿Podría decirme qué es lo último que recuerda? - Preguntó mirando fijamente mi frente.

- Estaba en el lago y me desmayé - El director hizo un gesto para que continuará -  Era la segunda prueba pero... no recordaba haber presenciado la primera, y Fred se comportaba extraño, y de alguna forma pasaron dos meses y... - Balbucé tratando de darle un sentido a lo que decía, pero mientras más lo pensaba, más me abrumaba y me sentía al borde de otro ataque de pánico - ¿Qué está pasando?

- Me temo que no tenemos buenas noticias - Respondió y luego le asintió a la enfermera Pomfrey, y esta parecía horrorizada con la confirmación.

- ¿Qué? - Era desesperante ser la única que no sabía qué ocurría.

- Creo, señorita Flint, que ha sido hechizada con un encantamiento desmemorizante y, probablemente, con la maldición Imperius.

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Hello!
Nuevo capítulo y nuevos problemas
Espero que les agrade y comenten qué piensan de esta nueva circunstancia.

Gracias por leer.
😘

RETO ACEPTADO [ꜰʀᴇᴅ ᴡᴇᴀꜱʟᴇʏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora