Cuatro

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- ¡¡Regresa aquí mocosa mal agradecida.!!- Gritó Rose al ver que su hija mayor se iba ignorándola y con cara de fastidio.

-¿Para qué?,¿Para seguir escuchando que tu hija es mas Santa que la virgen María?, disculpame madre pero todo lo que le dije se lo merecía y no pienso disculparme con ella ni darte la razón.-

-O vas y te disculpas con tu hermana o Busca quien te de de comer y para transporte en lo que resta del mes.- dijo finalmemte Rose al inicio de los escalones haciendo a Séfora detenerse momentáneamente.

- Pues entonces tus bolsillos estarán un poco mas llenos lo que resta del mes, porque no voy a disculparme con nadie, ahora con tu permiso, me voy a dormir.- Dijo Sèfora y se fue dejando a su madre roja de ira.

Como ya lo habían predicho esa misma mañana con sus amigos Lucía había llegado a la casa y le había contado "todo" a su madre quien al verla llegar horas mas tarde la había recibido con una bofetada y reclamos a su comportamiento para con su delicada hija y sus respetables amigas.

Una vez llegó a su habitación soltó la mochila en el suelo y ella se tiró a la cama solo para quedarse viendo a un punto en el techo pues el sueño que tenía cuando llegó tanto grito se lo había quitado, no tenía más tarea por hacer y le daba pereza levantarse a cambiarse de ropa y meterse bajo las cobijas. Optó por tan solo sentarse en el filo de la cama y comenzar a sacarse la ropa hasta quedar unicamente en ropa interior, medio se levantó para mover las cobijas y se acostó, debería levantarse temprano para decidirse entre ir a pie y guardar sus pocos ahorros para un pan o ir en bus pero no comer nada, ya lo vería en la mañana pero por cualquiera de las dos opciones debía despertar almenos con una hora de anticipación para asegurarse de llegar a tiempo a la secundaria, aunque puede que los desayunos no le fuesen negados del todo pues la cocinera se levantaba antes que ella para servirle el desayuno aún cuando ella le pedía que no lo haciera y además siempre podía quitarles algo de comida a sus amigos; giró un poco su cabeza para ver hacia la ventana, en una semana sería navidad y no quería estar en casa ese día de hecho no quería seguir viviendo allí pero aun no era mayor de edad y su madre se negaba a dejarla irse de la casa sin haber cumplido aun los 18 años.
Tom y Alan le habían ofrecido techo y comida hasta que pudiese conseguir su propio dinero ,y pues no había podido encontrar empleo y sus casi infimos ingresos económicos se debían a que de vez en cuando ayudaba a recoger hojas o ayudaba a alguna persona mayor a medio limpiar la casa o a hacer compras no es que eso le hiciece ganar 100 dólares pero podía decir que no dependía completamente de su madre y padrastro, las necesidades que la habían hecho pasar a lo largo de su vida le habían enseñado a desenvolverse sola.

Comenzaron a golpear violentamente su puerta así que tuvo que levantarse y ponerse un pijama que estaba en el espacio donde ponía su ropa, abrió la puerta de mala gana encontrándose con la mucama de su madre que al ver que ya había abierto la puerta le lanzó un poco de ropa que tenía en las manos.

-Esto ya no lo quieren tus hermanas así que es tuyo, ya sabes como es esto.- Le dijo y se fue dejandola con la palabra en la boca, cerró la puerta y encendió entonces la luz para ver que ropa se suponía que ahora le "regalaban sus adoradas hermanitas", se paró frente a la cama y comenzó a estirar sobre esta una por una las piezas de ropa encontrando entre ellas esa blusa blanca y escotada que le habia visto puesta a Lucía ese mismo día, no entendía como rayos esa Niña vestía de ese modo en pleno invierno, que poco se cuidaba, Claro que si se le pegaba un resfriado en seguida era un poco mas y hospitalizada pero de todos modos no le vendría mal taparse un poquito, y así mismo no entendía por que seguían dandole a ella la ropa que a sus hermanas no les quedaba si era cerca de 15 cm mas alta que ellas, era cierto que era tambien mas delgada pero aun así había prendas que le quedaban cortas, sus hermanas siempre vestían las mejores marcas porsupuesto, pero sus gustos con los de Sefora eran totalmente opuestos y esa ropa le parecía terrible, lo lindo de la marca no quitaba lo feo de la ropa y por otra parte esa blusa estaba sucia.

Al recto de su cama había un espejo pequeño pero lo suficientemente grande para verse de cintura para arriba si se subía a su cama, se sacó el pijama y comenzó a probarse prenda por prenda para elegir con las que se quedaría, las que botaría y ver que mejoras podía hacerles y fue colocándolas en lugares distintos en la cama, finalmente tomo la blusa escotada, estaba segura de que Lucía se la enviaba solo para molestarla.

Obserbó fijamente la prenda en su mano por unos minutos decidiendo si probarsela o no hasta que optó por ponersela, se vió al espejo y vió que la blusa a ella le quedaba mejor a su punto de vista -Demonios, creo que estoy ovulando- pensó soltando una leve risa mientras continuaba viendose al espejo, la blusa se le veía mas floja que a su hermana podría hacerle un par de cambios para hacerla menos escotada y menos transparente y podría decorarla un poco también ; se bajo de la cama y se sacó la blusa para volver a colocarse el camisón de pijama, tomó la ropa que no quería (que terminó siendo la mayoría, de las 30 prendas que le envió su madre se estaba quedando con siete ), la metió en una bolsa y salió para dejarla fuera de la casa a ver si alguien mas la quería.
Bajó las escaleras pisando solo con las puntas de sus pies procurando hacer el menor ruido posible con la bolsa y observando de rato en rato alrededor por si aparecía alguno de sus hermanos o padres.

Ya abajo observó de lado a lado para asegurarse que nadie la vería dejar la bolsa, pasar al portero y a los guardias era mucho mas fácil que pasar a su madre, siguió caminando despacio hasta cuando escuchó ruido en el salón por lo que asomó la cabeza y avanzó a ver a su madre y a su padrastro bailando y riendo como si fueran un matrimonio feliz, los obserbó hasta cuando vió conveniente su salida y corrió dejando la puerta levemente abierta para poder pasar de regreso, se dirigió a uno de los Guardias mas viejos y con el que mas se llevaba y le encargó dejar la bolsa donde pudieran verla y entró a la casa nuevamente, pero no contaba con que su madre la detendría en el camino.

-¿Que es lo que haces aquí abajo? Y vestida cos ese arapo, Santo cielo Sefora, usa la cabeza ¿quieres?, ¿que pasaría si tubiesemos visitas?, no quiero ni imaginarme que es lo que dirían,no hemos necesitado adoptarte en realidad para que termines siendo la extraña en la familia, seguro que ni las hijas de las criadas se visten de este modo, solo vete de aquí, no quiero verte.-

Su madre podía ser la persona mas irritante cuando se lo proponía así que ella solo se mantuvo en silencio hasta que acabara y le hiso una reverencia sarcastica antes de marcharse.

Subió a un paso moderado, aun cuando ya le haya dicho su madre que no quería verla a ella le importaba poco, no iba a desaparecer de su vista corriendo por complacerla y de hecho le picaban las plantas de los pies por ponerse a saltar haciendo ruido innecesario en el suelo con tal de molestarla con su presencia un poco más.

Podían llamarla masoquista por hacer ese tipo de cosas sabiendo que podría caerle un golpe pero no dejaba de parecerle de algún modo divertido molestar a su "perfecta"madre.

Séfora entró a su cuarto y se acostó a dormir de una vez , tenía que despertar temprano.

Waiting for loveWhere stories live. Discover now