:: Capítulo Once ::

504 61 5
                                    


Buenassss! ¿Cómo están? Espero que muy bien!

Yo volviendo a publicar un nuevo cap. Lamentablemente con hay muchas pálidas por ahora en esta historia de amor... Pero 'a no desanimar, ya vendrán tiempos mejores'! Sólo tengan un poco de paciencia... Para mí era necesario redireccionar el curso de la trama para darle un toque de dramatismo y también más participación a un personaje que siempre me cayó simpático. Pero bueno, habrá que esperar a que las cosas se vuelvan a acomodar...

Lxs invito a leer y a comentar con confianza.

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Abrazo!

Bell.-

.

.

.

:: Capítulo Once ::

Por su parte, ese mismo día Darien había decidido salir a conducir para intentar despejar un poco su mente. Había deambulado por horas, y se detuvo en un pequeño comedor al lado de la ruta para almorzar algo ligero. Y luego decidió regresar ya que al haberse alejado tanto de la ciudad le tomaría varias horas más estar de vuelta.

Mientras conducía, volvía a recordar todo lo acontecido en la noche anterior, en las últimas semanas, en los últimos años, en toda su vida. Se estaba volviendo a replantear todas las decisiones que había tomado, todos los errores que había cometido y pensaba en qué iba a hacer de su vida a partir de ahora.

Prácticamente daba todo por perdido con Serena, porque cuando ella reaccionó de aquel modo al ver a Seiya todas sus ilusiones se rompieron en mil pedazos. Pero ya era tarde para arrepentirse de haber regresado, después de mucho esfuerzo había comenzado a rearmar su vida en Tokio y debía enfrentarlo, aunque las cosas no hubieran salido como esperaba.

Durante todo el día estuvo pendiente del teléfono, tenía aún una mínima esperanza de que ella intentara comunicarse con él, pero cada vez que lo miraba no encontraba nada, ni llamadas perdidas ni mensajes ni nada. Eso le confirmaba más lo que pensaba, que ella había preferido quedarse con Seiya.

Ya casi anochecía cuando llegó a la ciudad y fue a la cochera a guardar el auto. Se dirigió hacia el edificio y revisó el teléfono una vez más. Nada.

Entró, tomó el ascensor y cuando atravesaba el pasillo para llegar a la puerta de su departamento se encontró con Serena que estaba apoyada contra la pared esperándolo.

—¿Serena? —la llamó, intentando disimular su sorpresa.

—Hola —dijo ella en voz muy baja.

—¿Qué haces aquí? —Darien estaba muy serio, se mostraba molesto.

—El conserje me dejó pasar para que pudiera esperarte —respondió ella.

—¿Por qué no me llamaste? —preguntó él.

—Pensé que sería mejor verte en persona, quiero que hablemos —respondió ella pudiendo al fin mirarlo a la cara.

—Igual podrías haberme llamado antes —dijo él más molesto y comenzó a abrir la puerta.

—Lo siento —dijo Serena bajando la mirada, se sentía culpable.

—Pasa —le dijo Darien cortante. Entraron, él dejó las llaves sobre una repisa y se dirigió hacia la cocina—. ¿Quieres beber algo? Prepararé té —le habló sin mirarla.

Fotos de TokioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora