:: Capítulo Diecinueve ::

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Bueeenas! Cómo les va? Espero que bien!

Acá les traigo un nuevo cap. Voy sacando la cuenta y prácticamente publico uno por día... Estoy a full! jaja!

Bueno, en esta ocasión continua la miel entre nuestra querida pareja y un lemon un tantito -no mucho- más 'hot' que los anteriores... Ojalá les guste...

Una vez más agradezco los comentarios y espero que quienes aún no lo hayan hecho compartan sus ideas y opiniones, son totalmente bienvenidos! :)

Abrazos para todos y todas! Y hasta la próxima!

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Bell.-

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:: Capítulo Diecinueve ::

Poco a poco comenzó a amanecer...

Afuera la lluvia era suave pero constante. Serena despertó lentamente, estaba boca abajo abrazada a la almohada. Y mientras se desperezaba volteó para quedar boca arriba. Cuando terminó de abrir los ojos encontró a Darien a su lado ya despierto y observándola sonriente. —Hola —le dijo bostezando.

—Buenos días, princesa —respondió él dándole un beso en la punta de la nariz. La miraba a los ojos, esos ojos azul cielo que lo enamoraban a cada instante, la contemplaba con ternura, con tanto amor... Amanecer con ella a su lado era un hermoso sueño hecho realidad y la felicidad no le entraba en el cuerpo—. ¿Dormiste bien? —preguntó sin dejar de sonreír y dándole otro besito en la nariz.

—Sí —ella también sonreía emocionada, podía encontrar en los azules ojos de Darien el amor tan sincero y puro que por años no se había animado a demostrarle, y ahora ya no había miedo ni remordimiento que interrumpiera sus sentimientos, la amaba incondicionalmente, y ella a él—. ¿Y tú? —Darien asintió y ella le regaló un dulce beso en los labios.

Él empezó a acariciar su cabello. —¿Quieres desayunar? —preguntó—. Yo estoy muriendo de hambre —ella asintió con una sonrisa—. Entonces voy a preparar un delicioso desayuno para mi novia —y la besó de nuevo en los labios.

—¿Tu novia? —preguntó ella sorprendida queriendo cortar el beso.

—Sí —siguió él entre beso y beso—. A partir de hoy eres mi novia.

Ella echó a reír. —¿Ah, sí? —rambién lo besaba—. ¿Y lo decidiste tú solo? ¿No pensabas preguntarme?

—No —respondió Darien—, porque yo no lo decido. Ya viene estipulado en el contrato.

Ella reía aún más. —¿El contrato? ¿Qué contrato?

—El contrato de renta de este departamento —explicó él y ahora besaba el cuello de Serena—. Dice en un apartado que "Aquella mujer que pase una noche entera en la cama del locatario, se convertirá automáticamente en su novia".

—¿De dónde sacaste eso? —Serena seguía riendo.

—Lo dice el contrato, princesa —respondió él mientras volvía a sus labios—. En la parte de las letras chiquitas.

—¡Eres un tramposo! —ella le siguió la broma—. De haber sabido que existía esa cláusula habría dormido en el sofá.

Darien también rió. —Pues lamentablemente tendrás que obedecerlo aunque no quieras, la norma es la norma.

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