:: Capítulo Catorce ::

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Holaaa! Nuevo día, nuevo cap!

En esta ocasión vamos a entender los verdaderos motivos del regreso de Seiya, y cómo esto va a impactar en su relación con Serena. A modo de paréntesis, quiero aclarar que siempre tuve una especial simpatía hacia el personaje de Seiya, por eso lo incluí en esta historia y quise darle un cierre menos inconcluso y triste que en la serie. Creo que lo conseguí, al menos en mi opinión las cosas para él a partir de aquí van a ser mejores y no tan inciertas con Serena. Espero sepan comprender mis motivos.

A partir del próximo cap posiblemente volverá a haber un acercamiento entre Serena y Darien, y es probable que poco a poco las cosas entre ellos comiencen a encaminarse hacia donde todos queremos.

Todos los personajes de esta historia pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Lean en paz! Y por favor escriban! Sé que muchos leen, y varios me siguen y me comentan, pero no todos opinan... En serio me encantaría conocer lo que piensan y sienten al leerme. Todo es bienvenido!

Saludos! y hasta la próxima... :)

Bell.-

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:: Capítulo Catorce ::

Otra semana pasó...

Serena seguía notando que Seiya estaba cada vez más cambiado. Lo veía algo triste y se comportaba en forma distante. Creyó que rechazaría la invitación a las montañas, pero cuando se lo propuso él reaccionó alegremente como siempre y aceptó sin rodeos. Igualmente ella continuaba preocupada, por cómo lo notaba a él y por todo lo que había recapacitado desde su último encuentro con Darien y la charla con las chicas.

Llegó el fin de semana y como lo habían planeado las dos parejas viajaron a las montañas. Se instalaron en una cabaña frente al lago, un poco alejada del pueblo y con una vista increíble. Durante la tarde pasearon por el lugar, hicieron algunas compras y Serena como siempre no dejaba de tomar fotografías, los paisajes eran de ensueño y no desaprovechaba oportunidad para registrar todo lo que veía.

A la noche cenaron algo ligero que prepararon las chicas y cerca del lago encendieron un fogón. Seiya había llevado su guitarra y se armó una cantata alrededor que entre cervezas y risas duró varias horas. Fue una noche muy agradable, distendida, los cuatro bromeaban y se divertían a más no poder. Hasta que un guardia nocturno se acercó para pedirles que no hicieran más escándalo. Entonces muertos de vergüenza y de risa regresaron a la cabaña. Mina y Yaten estaban bastante acaramelados, así que se despidieron de Serena y Seiya y se encerraron en su habitación. Ellos por su parte también decidieron ir a su cuarto, el sueño comenzaba a rendirlos.

Seiya se encerró en el baño por un buen rato y Serena una vez cambiada se recostó en la cama y lo esperaba mientras revisaba su celular para calmar su impaciencia. Si bien habían pasado un día agradable y se estuvieron divirtiendo mucho, no podía dejar de llamarle la atención lo distante que se portaba Seiya con ella. Y aunque le preguntó en un par de ocasiones si le sucedía algo o estaba molesto, él siempre respondía sonriente que todo estaba bien.

Cuando Seiya finalmente salió del baño y se recostó en la cama a su lado, Serena volvió a intentar averiguar qué le pasaba. —Oye, Seiya —trató de no sonar invasiva—, ¿te sientes bien? Te he notado un poco raro el día de hoy.

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