Abrí la puerta de golpe y el viento helado entró, me abrace a mí misma, cerré la puerta de tras de mi y camine lentamente al borde del edificio.
El viento me helaba los huesos, no podía sentir la punta de la nariz y tampoco podía evitar titiritar. Siempre supe que Japón era único, podía ver todo Seúl desde donde me encontraba cada edificio, todas las luces iluminando la noche oscura y el movimiento de la ciudad. Deje la mochila en el suelo y me quite el saco para ponerlo junto a mi mochila perfectamente acomodado.
En este momento lo único que puedo sentir es solo el viento helándome los huesos, tomó la valla de seguridad, está helada esa pequeña valla que es lo único que me impide saltar al vacío.
¿De verdad voy a hacerlo?
Quería cargar la corona, quería creer que podría soportar el peso de ella... Pero aquí está el verdadero precio de mi error.
Me quito los zapatos justo donde estoy y subo el escalón para poder brincar la valla ya ni siquiera siento las manos, me aferro con fuerza, a mi espalda se encuentra una muerte segura.
¿De verdad voy a hacerlo?
Respiro profundamente y cierro los ojos, al abrirlos suelto la valla, mis manos deben estar amoratadas por el frio pero no importa nada importa, ahora solo falta dar la vuelta y un paso... solo un paso más.
Un paso que nunca logro dar y simplemente me impulso ligeramente hacia atrás.
Caigo... caigo al vacío a una velocidad increíble, mientras miles de emociones me invaden, dolor, miedo, angustia, desesperación y arrepentimiento pero sobre todo la inquietud de no haber tenido agallas para voltearme y saltar.
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Elegidos.
قصص عامةLas cosas no son fáciles, nunca lo son. Un año después del suicidio de Polet, las cosas para Tara no han mejorado en absoluto y cada vez siente que cae más abajo. Pero todo está por empeorar... En un parpadeo su vida y la de otros seis Chichos se un...