Persona 5
GRACE
Las personas vienen y van, desde los más populares hasta los chicos tímidos y excluidos de los cuales ni siquiera encajo yo, me levanto de la banca con la cámara en mis manos, tomo mis cosas y me dirijo hacia la biblioteca, las personas me ignoran soy invisible para todos, la mayoría no saben de mi existencia pero yo sí de ellos. Se de sus vidas yo puedo arruinarlos tan solo con un par de fotografías.Entro a la biblioteca un silencio profundo me rodea, a esta hora nunca hay absolutamente nadie, camino entre los estantes hasta mi lugar de siempre, dejo mis cosas en la mesa y descuelgo la cámara de mi cuello pero la vuelvo a tomar de inmediato solo por reflejo cuando siento que alguien se aproxima a mí.
—¿Por qué lo hiciste? —me vuelvo hacia Renata y le sonrió solo por costumbre.
—¿A qué te refieres?
—No digas que no sabes —me reclama furiosa con las mejillas rojas de la rabia. —Tu eres la única que sabía de mi bebe, Grace yo confiaba en ti ¿Dime por qué?
—Era necesario... no entenderías.
Renata furiosa me arrebata la cámara de las manos y por instinto yo me lanzo de tras de esta pero ella me abofetea cuando trato de arrebatársela. —¡Es todo lo que te importa! ¿Tu maldita cámara? Grace... lo he visto, no quería creer lo que decían las personas decían de ti, no quería escuchar las advertencias de que más que una chica extraña y antisocial eras una...
—No me interesa ¡Dame mi cámara!
—¡No! —las lágrimas caen por su mejilla mientras aun sujeta mi cámara entre sus manos pero no me importa todo lo que piense de mí, la ansiedad crece en mi la necesito, ¡necesito mi cámara! —Dártela significaría aceptar lo que haces y tienes que pagar por lo que me has hecho.
—¡YA! —grito tan fuerte como puedo, me acerco a ella tomo mi cámara y la empujo contra los estantes tan fuerte que estos se tambalean y de un segundo al otro caen sobre ella en el instante en que le quito la cámara de las manos.
Caigo al suelo y entro un poco en pánico cuando veo la sangre y ella grita ayuda para su bebe... pero ella se lo busco.
. . .
Los pacientes vienen y van junto con algunas otras personas comunes que pasan por ahí y otras que entran al hospital que esta al cruzar la calle, veo a Renata aproximarse a mí, cruzando la calle y mientras más cerca, puedo verla con mucho más detalle, su cabello negro hasta los hombros, sus rasgos infantiles y ese toque pálido que la hace parecer sin vida, pero lo que definitivamente la hace ver como un muerto viviente es el haber perdido el brillo de sus ojos junto con su sonrisa.
Cuando esta frente a mí, me levanto de la banca alisando mi falda y le sonrió como siempre—¿Necesitas algo más Renata? —Ella me mira a los ojos con una expresión de odio y tristeza.
—Nunca haberte conocido, eso es lo que necesito... —Dice finalmente después de un minuto de silencio.
Ella me odia...
—Renata recuerda nuestro trato, trata de huir de mí y te hundiré, no solo diciéndoles a todos lo que paso con él bebe, sino quien es el padre —veo una punzada de dolor en sus ojos y ella solo asiente.
—Ya lo sé... Hay que ir a la escuela, vamos.
—Vamos...
. . .
El clima últimamente es demasiado frió aunque hoy parce ser la excepción, el sol brilla demasiado e incluso me arden los brazos por sus rayos, dejo el lápiz aun lado y me vuelvo hacia Renata, que está junto a mí en la mesa de picnic con la mirada perdida, tomo mi cámara y la apunto hacia ella discretamente.
—Odio las fotografías Grace, —me dice con un tono de obviedad sin ganas y se gira a verme— Lo sabes muy bien.
—No puedo evitarlo, es mi naturaleza —le digo dejando la cámara en la mesa, ella mantiene la mirada fija en la cámara por unos segundos y después se levanta para tomar sus cosas.
—No Grace. Tu naturaleza es simplemente marchitar todo lo que tocas...—Sus palabras son vacías pero contienen una pequeña dosis de veneno, desde lo del bebe ella no es la misma— iré a clase nos vemos.
No veo a Renata alejarse solo continuo con la tarea, por reflejo trato de tomar mi cámara cuando siento que alguien se aproxima, pero esta ya no está donde la deje, un escalofrió me recorre la espalda.
—Ella tiene razón —me dice una chica sentada en la esquina de la banca de picnic, jugueteando con mi cámara.
—Déjala donde estaba —le digo levantándome, con una voz autoritaria, la ansiedad y la desesperación me invaden.
Ella obedece y la deja en la mesa, no lleva el uniforme de aquí, tampoco es alguien que reconozco entonces podría ser que no sea de esta escuela, al igual que yo ella también me examina con aquellos ojos grises que parecen la entrada al mismo infierno.
—Quiero que tengas algo... —me dice con un tono autoritario, que hace que mis sentidos se pongan alerta de inmediato.
—¿Quién demonios eres?
—Seleccione a unos cuantos chicos de esta ciudad, específicamente a seis chicos, tu Grace eres una de ellos —la miro confundida, no creo lo que dice pero por la forma como lo dice y el tono de su voz me hace creer que es verdad. —Aun no es tiempo de explicar las reglas del juego, lo único que debes saber es sobre tu pase de entrada.
—Devuélveme mi cámara.
—Todo lo que anotes en esta libreta —me dice con cautela extendiéndome una libreta morada junto con mi cámara, me acerco y tomo ambas. —Se materializara en un plazo de siete días, si no me crees anota algo haber que pasa.
Tomo la libreta y la examino por un momento pero cuando quito la mirada de la libreta para ver a la chica, está ya no está solo la libreta que me acaba de entregar ¿Lo imagine?
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gracias!
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Elegidos.
Ficção GeralLas cosas no son fáciles, nunca lo son. Un año después del suicidio de Polet, las cosas para Tara no han mejorado en absoluto y cada vez siente que cae más abajo. Pero todo está por empeorar... En un parpadeo su vida y la de otros seis Chichos se un...