-¿Alice?, Hemos quedado hace 10 minutos, ¿porqué tardas tant...?.- Aiden se adentra en mi habitación sin avisar y me interrumpe mientras estoy acabando de pintarme las uñas.
-Ah, si. Lo siento.- Yo sonrío como disculpa y hago lo imposible para intentar cerrar el pequeño bote de esmalte y botar los algodones a la basura.
-Te ayudo.- Aiden camina hacia dónde estoy yo; cierra el esmalte y coloca la silla de mi escritorio en su respectivo sitio. Yo murmuro un pequeño "gracias" y él responde con un "vayamos a abajo". Parece un poco incómodo parado en medio de mi habitación llena de pósteres de cuando era adolescente.
No entiendo el porqué. Si es lo más normal del mundo.
Ah, si. Seguro por el póster XL de Shawn Mendes lleno de corazones y garabatos míos.
Una vez llegamos a abajo el salón está colocado de manera en que los dos podamos hablarnos frente a frente. Yo me siento en el sofá grande mientras él usa el pequeño sillón independiente ubicado al lado. Agarra un pequeño archivador negro de la mesa central y ojea las páginas rápidamente. Saca un bolígrafo de su camisa a cuadros (una diferente a la que tenía el primer día, esta vez es una mezcla entre azul y verde) y me mira buscando empezar una conversación. Suspira y a los segundos se decide a comenzar.
-Bueno Alice. ¿Qué tal todo?.- Se acomoda en el pequeño sofá y se reajusta el archivador entre las piernas. Tiene las piernas tan largas que sobresalen cómicamente de entre los cojines. Parece que en cualquier momento va a ser engullido por el sofá.
-Regular.- Me limito a responder sin mirarlo a la cara.
-¿Y eso porqué Alice?.- Pregunta. Ahora la que se está incomodando soy yo bajo su atenta mirada. Da la sensación de que analiza todos y cada uno de mis movimientos. Yo me encojo de hombros y suspiro profundamente. Aún sigo mirando al suelo.
-Alice no me mires como a un terapeuta extraño al que acabas de conocer. Soy algo así como tu amigo... en el que puedes confiar y contarle todo lo que te preocupe y yo me limitaré a darte mis consejos.- Me atrevo a mirarlo y tiene una expresión de simpatía. Sonríe intentando darme algo de confianza. Durante algunos segundos permanezco totalmente callada pero final decido descargar todo el peso que llevo yo sola desde hace años.
-Me siento mal. Mal Conmigo misma.- No sé porqué no puedo dejar de mirar al suelo.
-Mal no es una palabra que me valga. Existen miles de palabras para describir las emociones: triste, sola, asustada, traicionada... Elimina "mal" de tu vocabulario porque de aquí en adelante ya no nos sirve.- Sonríe. El chico se ve que se pasa el día sonriendo e intentando ser amable.
-Frustrada y m...-Iba a decir "mal" así que me obligo a mí misma a callar y él sonríe aún más ya que ve que me doy cuenta de que abuso de la palabra "mal".- Frustrada y sola. Y traicionada. Y encerrada. Agobiada y perdida. Así es como me siento.- Lo miro de soslayo y veo que asiente levemente.
Escribe algo rápido en su archivador y sigue con las preguntas.
-¿Qué es lo que más te preocupa ahora mismo?. ¿Tú?, ¿Tus padres?, ¿Tu reputación?.- Hace un ademán con la mano dejando en el aire la frase.
-Me preocupa el futuro.- Él asiente y murmura "Buena respuesta" mientras vuelve a escribir.- Me preocupa que si esto no se resuelve algún día qué es lo que me deparará el futuro. No tendré hijos. No tendré trabajo. No tendré vida.- Se me entrecorta la voz en la última frase.
-Ok...-Murmura.- Yo ya sé que tienes agorafobia por tu padre. Pero si me lo tuvieras que describir tú. ¿Cómo lo harías?.-
-Pues... en sólo pensar que tengo que poner un pie fuera de casa me entra una ansiedad terrible. Las últimas veces que salí de casa me sudaban las manos, me daban sudores fríos y lo único que pensaba es: "salir, tengo que salir de aquí".- Empiezo a sentirme un poco menos incómoda y a gesticular con las manos como hago de costumbre.
-¿Te ocurre en todos los lugares fuera de casa o solo en algunos en concreto?.- Me mira por encima de sus pestañas.
-En todos.-Respondo rápidamente.- Aunque en algunos en concreto también.- Aiden seguía escribiendo y al ver que me contradigo levanta la mirada.
-Explícate.- Ahora centra toda mi atención en mí. Y me pone aún más nerviosa.
-Es decir, me pasa en todos los sitios y me pasa aún más cuando estoy cerca del lugar dónde ocurrió todo.-
-¿Qué fue lo que pasó?.- Frunce el ceño ligeramente.
-No... no me gustaría hablar de ello ahora.- Me abrazo a mí misma buscando una pequeña "protección" ante esta situación. De repente noto mi corazón bombear a un ritmo un poco más acelerado de lo normal.
Aiden me escanea totalmente con la mirada y se acaricia con la palma de la mano una parte de su poco crecida barba.
-¿Podrías decirme el sitio dónde ocurrió?.- Pregunta intentando ser cuidadoso.
-En... casa de... una ex-amiga mía.-Respondo.
-¿Ex-amiga?.-Ríe.- De verdad perdona que me ría pero nunca había escuchado ese término.- Consigue sacarme una pequeña sonrisa y hago un ademán con la mano restándole importancia.- En fin, sigamos. Vale. Ocurrió en casa de tu "ex-amiga".- Hace comillas con los dedos.- ¿Su casa queda cerca de la tuya?.-
-No. Bueno... está a... quince minutos en coche o así.- Respondo rascándome el brazo. Aiden vuelve a asentir levemente.
-Vale... Bien Alice. Vas muy bien.- Me giña un ojo y de repente siento calor en las mejillas. Gracias a que él no se da cuenta porque ha vuelto a fijar su vista en el papel.
-¿Crees que aquel día fue el detonante de tu actual agorafobia?.- Yo me lo pienso durante varios segundos y finalmente asiento frenéticamente.-¿Fuiste tú misma quien produjo la situación o hubo una tercera o más bien una segunda persona?.- Se ríe de su propio chiste. Si es que se le puede llamar así.
-Fueron dos.- Digo recordando aquel fatídico día.
-¿Dos personas?.- Pregunta casi al instante. Yo apoyo los codos sobre mis rodillas recogidas sobre el sofá y repuesto mi cabeza sobre la palma de mi mano. Lo miro durante varios segundos pensando en realmente contárselo o no.
-Más o menos.- Aiden me mira sin entender.- Una persona y... un perro.- Miro hacia otro lado. Casi me cuesta respirar de la ansiedad y la angustia. Se me está secando la boca y estoy empezando a agobiarme.
Aiden ve que mis movimientos son tensos y casi temblorosos así que cierra de repente el archivador y lo deposita sobre la mesa central de nuevo. Aiden posa su mirada en mí y coloca una mano sobre mi hombro.
-Al. Lo estás haciendo muy bien. Seguiremos mañana, ¿vale?. Y esta vez la consulta la haremos en la terraza. Tenemos que combatir este problema cuanto antes.-
¿Acaba de llamarme Al?
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Ways To See It
Подростковая литература¿Alguna vez has sentido como tu pulso se acelera casi al instante?. ¿Has sentido como desconfias de todo y de todos los que te rodean? ¿Alguna vez te has sentido insegura solo por el hecho de tener que salir a la calle?. Me llamo Alice Clark y esta...