CAPITULO I: EL ASESINATO

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La noche era fría pasada la media noche. En una residencia de ubicada en la mejor zona residencial de la gran urbe dormía una familia sin imaginar lo que estaba a punto de suceder. Un asesino se perdía entre las sombras de aquella casa hasta llegar a la habitación principal donde dormía el feliz matrimonio, Ferdinand Wellinstone y su esposa Kate, sin imaginar siquiera que estaban en sus últimos minutos de vida. El asesino se coló a la habitación sin hacer el más mínimo ruido dando un balazo en la cabeza a la mujer, el ruido despertó al Sr. Wellinstone de inmediato el se sentó sobre la cama para después caer por el impacto de dos balas impactadas en su cabeza. Los disparos sonaron en el silencio de la noche, un silencio interrumpido por una dulce voz proveniente del pasillo.

- ¿Mamá? ¿Papá? ¿Qué está pasando?- la niña abrió la puerta y encendió la luz encontrándose con un hombre frente a ella sosteniendo una pistola y sus padres muertos sobre la cama, lo miró de arriba a abajo sin saber que hacer y salió corriendo de allí, su instinto de sobrevivencia le decían que escapara de allí, se metió en una de las habitaciones y se escondió dentro de un closet que contaba con una puerta secreta que daba a un pequeño cuarto, su padre lo mandó a construir pensando en que algo así podía pasar. Escuchó ruidos fuera, el asesino la estaba buscando, se escuchaban sirenas, era la policía. Esperaría a que llegaran y después saldría. Sus padres no podían estar muertos, ¿Por qué alguien podía haber hecho algo tan terrible como asesinar a dos personas que eran tan buenas. El miedo y el dolor se apoderaron de ella, escuchaba las sirenas cada vez más cerca y decidió salir para averiguar, no se podía quedar todo el día allí encerrada sin saber que pasaba. cuando salió encontró muchos policías en la casa y cuando entró a la habitación de sus padres los vió de nuevo, allí tendidos sobre la cama, estaban muertos. Corrió y el llanto la embargó, gritaba desesperada, con apenas diez años se había quedado sola, jamás volvería a ver a sus padres. Los agentes le hicieron muchas preguntas a las que ella respondió tratando de recordar cada detalle de lo sucedido.

Su tío Charles Wellinstone, hermano de su padre, se encargó del funeral y de realizar todos los trámites necesarios. Cuando todo terminó la llevó a casa y le dijo.

- Isabella no puedes quedarte aqui sola, viviras conmigo ya que soy tu único pariente cercano. Haz tus maletas por que nos iremos a Italia.

- Pero tío yo no me quiero ir de aquí.

- Lo siento Isabella, pero será mejor que estés lejos un tiempo, cuando seas mayor de edad podrás regresar y hacer uso de lo que has heredado.

Isabella no dijo nada más, subió a su habitación e hizo su equipaje. El viaje a Italia fué largo y aburrido para ella, su tío era muy comprensivo pero casi no lo conocía, hacía años que no los visitaba por lo que practicamente era un desconocido para ella.

-¿Isabella viste al asesino de tus padres?- preguntó mirandola directamente a los ojos.

- Si tío, lo ví pero llevaba la cara cubierta, lo único que recuerdo es que tenía un tatuaje en el brazo.

- ¿Y recuerdas como era ese tatuaje?

- No, no lo recuerdo. - mintió, sabía perfectamente que ese hombre llevaba tatuado unas letras JCW, pero no quería hablar de eso, no ahora aunque quizá nunca lo haría.

SALVADA POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora