CAPITULO VI: PRIMERA VEZ

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Me estaba terminando de arreglar cuando Luisa vino para avisarme que Daniels había llegado.

-  Gracias Luisa,  enseguida bajo. - me había vestido con unos jeans ajustados de blanco, una blusa y flats negros y  una chaqueta roja. El cabello lo anudé en una coleta, un poco de rímel, rubor y algo de brillo en los labios era mi maquillaje. Antes de bajar me puse unos aretes pequeños y mi reloj, tomé mi bolso negro y me di un último vistazo.

Cuando bajé lo encontré sentado en uno de los muebles de la sala esperándome, se percató de mi presencia y volteó para dejarme con la boca abierta, se veía guapísimo. Llevaba unos jeans gastados con una playera verde que hacía que sus hermosos ojos resaltaran aún más y una chaqueta negra de piel. 

- ¡Hola bonita! - me acerqué a el y le di un beso en los labios. 

- ¡Hola! Te vez tan guapo que no quisiera dejar de verte - empezamos a reír hasta que apareció Charles arruinándonos el hermoso momento. Parado detrás de nosotros con sus aires de grandeza me reprendió frente a el.

- ¿Se puede saber que pasa aquí Isabella?

-Pasa que estoy besándome con mi novio en mi sala y vienes a interrumpir. - lo miré desafiante tomando la mano de Daniels.

- ¿Este don nadie es tu novio? - soltó una sonora carcajada que hizo que la sangre me hirviera y cuando eso pasaba mi lengua no se medía. - Pensé que tenías mejores gustos.

- Respete a Isabella señor o... - mi novio estaba que echaba chispas y por supuesto que no quería que llagaran a los golpes así que me coloqué delante de él y encaré al idiota de mi tío.

- ¿Tu hablando de buen gusto Charles? Sí mal no recuerdo, la golfa con la que estabas en Italia está muy por de bajo del prototipo de mujer fina y educada. -su gesto se endureció y yo sonreí malévolamente - Además con quien yo me bese o me acueste es algo que a ti - dije señalándolo - No te debe importar. - apretó los puños y antes de que dijera más tomé a Daniel del brazo y lo jalé hacia la entrada. - Vámonos mi amor. 

Ya afuera no pude evitar reír como una loca, Daniels también reía pero en sus ojos pude ver una profunda tristeza algo que me dolió por que ya imaginaba el rumbo de sus pensamientos. Subimos a la motocicleta después de colocarnos los cascos, no hablamos durante el trayecto hasta que se detuvo, habíamos llegado a Central Park, siendo sincera solo había ido allí un par de veces cuando mi madre me había llevado. Y ahora estaba de nuevo allí con los recuerdos a flor de piel haciéndome recordar el motivo de mi regreso a esa ciudad. Me sentí mal por dejar de lado mis planes pero estaba segura que Daniels era una luz en este mundo de oscuridad que me tocó vivir.

Caminamos tomados de la mano hasta llegar a un puente de piedra que cruzaba un lago, todo se veía hermoso, estábamos en primavera y los árboles mostraban su majestuoso follaje, la alfombra del verde césped se extendía a  lo largo de todo el lugar. Me sentía como Alicia en el país de las maravillas y de nuevo regresé a mi infancia cuando nada me preocupaba, cuando todo era felicidad.

Empecé a correr y Daniels no le quedó mas remedio que ir tras de mi, me atrapó y caímos sobre el pasto, rápidamente me abrazó y allí tirados se acercó a mis labios y me besó. 

- Bonita creo que me estoy enamorando de ti. Eres una chica  auténtica, tierna y hermosa. - se separó de mí y nos sentamos junto a un árbol.

- ¿De verdad? - el asintió - Porque yo ya estoy más que enamorada de ti chico guapo. - reímos y sin avisar lo besé, el me acariciaba hasta que poco a poco empezaron a subir de tono esas caricias, yo me sentía realmente excitada y por el bulto en sus pantalones estaba segura que el estaba peor que yo. - ¿Te gustaría ir a otro lugar? - esperaba que el entendiera a lo que me refería.

SALVADA POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora