CAPITULO II: LIBRE

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Hoy regresaba a casa de mi tío después de estar ocho años estudiando en distintos internados de Italia, había tenido muchos problemas por  conducta rebelde lo que había hecho que me expulsaran de los diferentes internados.

Era un día soleado y caluroso cuando  Charles  vino a recogerme, yo vestía unos shorts cortos en tono índigo y una camiseta blanca sin mangas, llevaba mi equipaje y estaba lista para salir de ese encierro que no soportaba. Mi tío era un hombre alto, de cuerpo atlético que apenas llegaba a los cuarenta años, cabellera oscura, se podría decir que un hombre aún atractivo pero con un caracter demasiado seco. Charles  iba vestido con ropa muy formal lo que me hizo reir. Lo saludé y me subía a su auto, su casa estaba como a dos horas de allí por lo que para no aburrirme saqué mi Iphone y me coloqué los auriculares, escuchaba rock pesado, cerré los ojos y cuando los abrí sentí la mirada de Charles, parecía molesto conmigo pero pude darme cuenta que miraba mis piernas lo que hizo sentirme nerviosa, con ganas de cubrirme. Retiró su mirada  y siguió conduciendo hasta que para mi alivio llegamos a la gran mansión de Charles Wellinstone. Odio estar aquí pero pronto regresaré a Nueva York, que es adonde pertenezco y no tendré que volver a pisar este lugar.

Charles hablaba y la verdad es que no le prestaba nada de atención, decía algo sobre mi comportamiento pero la verdad a mi no me importaba en absoluto lo que tuviera que decir sobre mi.

Entramos a la  mansión y enseguida salieron a nuestro encuentro dos empleados del servicio, él les indicó que llevaran mi equipaje a la habitación de huéspedes que se encontraba en la segunda planta en el ala derecha de la casa. Yo me disponía a seguirlos pero una voz atrajo mi atención.

- ¡Hola amor! - allí estaba una mujer de aproximadamente treinta años, rubia parecía sacada de la mansión de Play Boy con un vestido demasiado ajustado donde unos senos gritaban por explotar. 

- ¡Hola cariño! - contestó Charles  con cara de idiota. 

Seguí mi camino, no tenía ganas de escuchar más a esa mujer descerebrada que hablaba con esa maldita voz chillona que taladra los oídos. Ya en la que parecía iba a ser mi habitación me dispuse a acomodar mi cosas, aunque solo estaría un par de semanas me gustaba tener las cosas a la mano y prefería sacarla del closet que estar hurgando en una maleta. Decidí que era un día genial así que lo aprovecharía y bajaría a la piscina que había en la parte trasera de la casa, me coloqué un bikini rojo, vi mi reflejo en el espejo y me sentí muy complacida. A pesar de que apenas estoy en los dieciocho años tengo un cuerpo bien proporcionado con mi estatura de 1.70 mts, mi melena rubia me llegaba hasta la media espalda y mis grandes ojos azules contrastan a la perfección con mi tono claro de piel, mi boca es pequeña pero de labios carnosos. No me considero demasiado guapa pero creo que soy afortunada al haber heredado la belleza de mi madre.

Estaba en una tumbona tomando el sol y bronceando mi pálida piel cuando una voz me sacó de mi concentración, abrí los ojos y me coloqué las gafas sobre la cabeza.

-¿Pasa algo Charles? - le dije con sarcasmo, la verdad es que odiaba a ese maldito hombre por tenerme en internados donde no salía ni en vacaciones, solo me visitaba dos veces al año.

- Soy tu tío niña - solo levanté la ceja lo que hizo que su ira aumentara - Aprende a respetarme Isabella, no se te olvide que yo te recogí cuando perdiste a tus padres. 

Lo miré con odio, me levanté de allí y pasé frente a el ignorándole por completo, entré a la piscina y no salí de ella hasta que vi que se fue  de allí echando chispas. Maldito Charles no sabe cuanto lo detesto, cree que tenerme en internados es un favor que le tengo que agradecer toda la vida, por esa razón lo llamo por su nombre solo para molestarlo.

Subí a mi habitación y me duché, comí algo y me dispuse a ver la televisión. En la noche salí a divertirme a un antro enfundada en un vestido corto, color blanco de una sola manga que se ajustaba a mi cuerpo combinándolos con unos tacones plateados y joyería a juego. Tenía tantas ganas de distraerme y dejar de pensar en todo lo que me hacía daño. No pude evitar bailar y tomar de más así cuando llegué a la gran mansión Wellinstone me costó bastante subir las enormes escaleras, creo que hice mucho ruido por que cuando cerré la puerta de mi habitación escuché que alguien tocaba, abrí y allí estaba el gran Charles Wellistone con una cara de pocos amigos que me hizo reír a carcajadas en su propia cara.

- ¿Y que te causa tanta gracia Isabella? 

- Tu cara, tendrías que verla para entenderme. - otra carcajada salió de mi boca.

- Creo que ya es hora de que te duermas, mañana hablaremos. – su voz sonaba a regaño.

Solo asentí, no tenía ganas de discutir pero así que me tiré en la cama y lo dejé allí sin decir nada más, mis párpados estaban pesados, tenía mucho sueño así que cerré los ojos hasta que mi cuerpo se sobresaltó al sentir que alguien acariciaba mis piernas, como pude me voltee y allí frente a mi estaba Charles.

- ¿Qué haces maldito cerdo? Lárgate de aquí o grito - se dio la vuelta y se fue sin decir una palabra. Como pude me levanté y cerré la puerta poniendo el seguro. Me tiré en la cama de nuevo y me dormí nada más poner  mi cabeza en la almohada.

Cuando abrí de nuevo los ojos tomé mi móvil y vi que eran las dos de la tarde, creo que he dormido demasiado pero mi cuerpo no responde, lucho por levantarme, me doy cuenta que aún traigo el vestido de la noche anterior me deshago de él, de mis aretes y mis pulseras para poder darme una relajante ducha que me haga volver a la vida. Mientras el agua resbalaba por mi cuerpo los recuerdos de la noche anterior llegan a mi mente, había bailado mucho y también me había besado con unos dos o tres chicos pero nada más, recuerdo que cuando llegué a la habitación mi tío vino a verme y creo que burlé de él en su cara, ¡Oh, por Dios! ¿Acaso ese cerdo me había tocado las piernas? ¿O era algo producto de mi imaginación?  No lo sé pero tendría que encararlo y decirle lo que pensaba hacer, regresar a Nueva York para tomar posesión de la herencia de mis padres y vengar su muerte que era lo que más me importaba. Encontraría al maldito que los asesinó aquella noche... esa noche en la que una parte de mi también había muerto.

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¡HOLA!  NO SE POR QUE PERO ESTA HISTORIA ME ESTA GUSTANDO, OJALA A USTEDES LES PASE LO MISMO.

SABEN ESTOY LEYENDO ONE MORE CHANGE (ONE MORE NIGHT II) DE        IONA ELINSKY  Y CREO QUE ES FENOMENAL. SE LAS RECOMIENDO SI NO LA HAN LEIDO. 

SALUDOS.

SALVADA POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora