Primer día

1.6K 268 363
                                    

"-Tu sueños serán sólo eso, porque tú realidad será más demente.-"

-Listo, amor.- sonrió.- El desayuno y almuerzo de Medad están preparados.-

-Recuerdame porque no cociné yo.- dijo el rizado subiendo a su hijo a la barra de la cocina.

-Porque quise ser un buen amo de casa y te veías muy lindo durmiendo.- guiñó su zafiro.

El castaño colocó unos platos en la barra, tanto Harry como Medad tocaron el contenido con los cubiertos, rogando que no se moviera.

-No sean payasos y coman.- regañó.

-Amor, sabes que te Louis pero... Dios mío... ¿Cómo decirlo sin que te enojes?- trataba de buscar las palabras exactas para no hacer enojar a su enano.

-Da asco.- habló el menor.

-Medad.- miró mal al niño.- No iras más a casa de Zayn.

-Pero es lo que papá siempre dice de tu comida.- difícilmente entendieron las palabras del pequeño pero pudieron comprender a que se refería.

-Hijo mío, cállate la boca.-  pidió con miedo Harry.- Si muero en manos de Louis será tu culpa.- abrazó con fuerza a su pequeño, cerrando sus esmeraldas a espera de un regaño y unas cuantas palmadas o golpes.-¿Qué ocurre? ¿No me gritaras?-

-No.- suspiró cansado.- Doy asco en la cocina y eres mejor que yo. Además... Hoy es su primer día de clases para Medad y pues... Tu primer trabajo, no quiero que mi comida los envenene.-

Si, el demente de Harry Styles consiguió un empleó o mejor dicho, Niall se lo consiguió. Tener un amigo con novio cuyos padres son ministros tiene sus ventajas. No era un verdadero trabajo, de hecho, seguían en el negocio de Pilar pero ahora con mayor precaución y en las sombras, el rizado no quería volver a vivir la experiencia de perder a Louis y Medad.

Louis estaba preocupado por su esposo, ya que estaría rodeado de muchas personas.  Deseaba que no colmarán su paciencia porque sino, pagarían muy caro.

-Pensé que irías de traje.- Habló, colocando debidamente su corbata. Él también tenía trabajo y claro, en un centro psiquiátrico.

-Los trajes no son mi fuerte, muñequito.- sonrió, abrazando por la cintura a su ojiazul.- Por favor trata de no acercarte mucho a los criminales.

-¿Celoso?- Harry negó.

-Preocupado. No quiero que nadie te toque un sólo cabello, me volveré más loco y mataré a todos.- hundió su rostro en el cuello de su esposo.- Me encantas.-

-Harry.- sonrió.-

-Porque no faltamos al trabajo y jugamos.- propuso.

-Interesante pero debes ofrecer más.-

-¿Cómo que?

-Ser pasivo.- Harry libero su cuerpo y tomó su chaqueta de la cama.

-Medad es hora de irnos.- anunció.- Vamos Louis, llegaremos tarde al trabajo.- lanzó un beso al aire, ganándose el dedo de en medio de Louis.

[...]

Los niños entraban corriendo a sus  salones, otros lloraban colgados de sus madres y algunos trataban de contener el llanto. Apenas llevaba cinco minutos y ya quería matar a todos.

-Que horror ser padre.- afirmó Xabiani.- matalos Harry, le harías un favor a la humanidad.-

-Eso quiero pero Louis me pidió comportarme.- miró a su esposo acercarse con Medad.

-Olvídalo, esos mocosos acabarán con mi paciencia.- el chico se acercó a los demás niños y comenzó a querer ahorcar sus pequeños cuellos.

-Más te vale no llorar, Medad, los niños chillones son insoportables.-

Las acciones del rizado fueron frenadas por las palabras del ojiazul. Y pensaba que Harry sería el padre estricto.

El pequeño niño asintió, mientras miraba con atención a los chiquillos ¿Por qué lloraban? ¿Acaso los golpearon?. Sujeto con fuerza la mano de su padre cuando la maestra se acercó.

-Buenos días.- saludo a la pareja.-

-Seremos breves, no queremos que Medad tenga golpes o raspaduras, tendrá que comer todo y ningún mocoso se atreverá a molestarlo, ustedes cuidaran de él y si rompen alguna de mis exigencias olviden como respirar.- la piel de la educadora se tornó pálida ante las palabras del rizado. Ningún padre había hecho tal cosa.- Y nadie, absolutamente nadie tiene permitido tocar a mi hijo sin su consentimiento.-

-Señor... Styles, Medad aún no sabe lo que es tocar-

-Oh, claro que lo sabe.- sonrió.- Y todo lo que hagan él me lo dirá así que le aconsejo no hacer nada estúpido.- le brindo su última sonrisa para alejarse y hablar con su pequeño. Louis tenía una mano en la frente, Harry a veces solía exagerar.

Era lógico, la niñez de Harry consistió en burlas y acosos, así que lo mas probable​ era querer proteger a su hijo de esas acciones.

-No importa lo que diga Louis, siempre debes decirme todo lo que pase en este lugar o en otro. Todo relacionado a ti me lo debes contar.- dijo a su hijo, tomando las pequeñas manitas. Tal vez no era su sangre, quizás no tenía un rasgo parecido pero ahora tenía más que eso, Medad tenía una parte de su corazón.

Pudo sentir los nervios de su pequeño, sentía las diminutas vibraciones que se transmitían de la piel ajena. Era verse en un espejo, mirar su propio recuerdo. Así era cuando ingreso a las instituciones, y hubiera deseado que su madre le diera unas palabras de apoyo. Pero Medad lo tiene a él y jamás lo iba a dejar.

-Entra, Medad. Las clases ya están por comenzar.- Medad se despidió de ambos y se encaminó a su salón con la profesora sujetando su mano. Vieron el pequeño cuerpo de Medad ser llevado a su segundo círculo social. El primero, aunque muchos lo nieguen, serán Louis y Harry.

-Sólo te faltó apuntar a su cabeza con una pistola.- comentó Louis. Iban de la mano hasta su trabajo, habían dejado el auto un poco atrás para poder pasar unos minutos juntos.-Harry, no puedes amenazar a todos de muerte por porteger a Medad o a mi.-

-Si puedo y lo haré si hace falta.

-Exagerado.- sonrió. Estaba mal apoyar la conducta de su demente pero sería peor contradecirlo.

-Tengo miedo que mi hijo pase por lo que yo.-

-Lo entiendo, tampoco quiero que mi hijo sea un antisocial como yo. Deseo que tenga amigos o a alguien quien quiera estar con él y disfrute su compañía.

-Como yo disfruto la tuya.- besó su mano.- Te Louis, muñequito.- sonrió.

-Te Louis, Harry.-

Lie. |Tercera temporada de Juegos.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora