[Un día sin ti (por favor, quédate)*]

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"Mejor explíqueme eso de que él está aquí" decía Marinette estando sentada en el piso de madera de la casa del viejo Fu.

Ambos no habían perdido nada de tiempo para reunirse y hablar de lo sucedido la última vez en el cuarto de Marinette.

"Se hablan de muchas cosas sobre después de la muerte" decía él mientras entrelazaba los dedos de sus manos y le miraba fijamente, "he oído muchas sobre el puente entre la vida y lo que hay después de morir, quieras llamarlo cielo, eternidad... lugar de paz" intentó explicarse.

"Ok..." murmuró Marinette, "creo entenderle, pero no al mismo tiempo. ¿Esto que pasó es bueno?"

Wyazz se posaba en la mesa junto con Tikki y se miraban mutuamente, tal parecía que no querían poner atención a lo que estaba sucediendo, aunque una parte de ellos morían por saber qué estaba pasando.

El viejo rascó su nuca y luego tomó su barba analizando fríamente las palabras que utilizaría a continuación, ciertamente, no es algo que debía permitir por mucho tiempo pues podría ser peligroso, sin embargo, parecía una oferta tentadora para estudiar y conocer del más allá y que, Marinette, recobrara un poco su ánimo al verle.

"Sí y no" respondió él, pero la azabache sólo ladeó la cabeza. "Temo que... Adrien aún no ha querido irse, no ha querido... cruzar la línea que nos separa de las personas que se han ido allá. Parece conservar algo de fuerza para lograr que le veas y convivir momentos contigo" comentó más como un pensamiento mientras miraba hacia la nada. "Y cuando no la tiene solamente te habla a través de las cosas".

Marinette no pudo evitar sonreír ampliamente. Ese estúpido gato aún seguía cuidando de ella, pero mejor aún. Una loca idea cruzaba por su mente...

"Maestro Fu..." dijo ella aclarando un poco su garganta, "Eso quiere decir que... ¿podemos traerlo de vuelta?"

Él alzó la mirada hacia ella, parpadeando varias veces, "esa es la pregunta correcta".

***

Marinette regresaba a su casa feliz, confundida, triste, emocionada y asustada, sí así es, todo al mismo tiempo, pero de una buena manera. Simplemente la idea de poder traer a Adrien de nuevo a la vida le llenaba ese enorme hueco en su corazón. Significaría una segunda oportunidad para ella y de poder hacer las cosas bien.

"¡Debe haber una manera!" dijo ella al chocar su puño con la palma de su mano de forma determinante. Extrañaba tanto verse así: tan fuerte, decidida y con muchos planes en mente.

Saludó a sus padres y cogió una manzana para irla comiendo mientras subía a su habitación. Mientras se retiraba los zapatos y caminaba para acomodarse en su cama, tuvo un recuerdo que la dejó pensando, ya lo había olvidado en realidad.

Estaban en el balcón mirando el medio día de París. Era un día muy soleado, por lo tanto, morían de calor, pero podían soportarlo. Ella le preguntaba cómo soportaba su temperatura con aquél traje negro, pero él solamente lo aprovechó para hacer un chiste de mal gusto.

Le empujó levemente entre risas y negó para soltar un suspiro. Ciertamente a veces el Sol quema, te molesta al ir caminando o simplemente mantenerte un par de segundos debajo de él, pero la vista que ellos mismos experimentaban en ese momento era simplemente gloriosa.

¿Habían visto alguna vez un cielo tan nítido? Con nubes tan blancas como el algodón del botiquín de emergencias, ¡no!, aún mejor, un blanco jamás antes experimentado y las nubes tan esponjadas que creerías que si das un brinco en ellas sentirías que flotas...claro si fuera posible.

No me olvides [Marichat-TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora