[Problemas*]

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 POV ADRIEN.

Cuando era niño a mi madre y a mí nos encantaba ir al parque en la temporada de otoño. Disfrutábamos de los colores cálidos en las hojas de los árboles y el viento jugar en nuestra contra con nuestros cabellos alborotados y adentrándose a nuestra boca impidiéndonos hablar.

Le gustaba que jugáramos a las escondidas, aunque a mí no mucho en realidad. Ella tenía un don para encontrarme en menos de cinco minutos, y nunca me reveló como. Tenía alrededor de seis años y muchas cosas se me hacían especiales y mágicas, y entre esas cosas entraban las cosas que mi madre podía hacer.

Uno de esos días en el parque, ella recargada en una barda hincada y yo poniéndome de puntillas para alcanzarla a ver le pregunté si es que así sería siempre. Si es que ella siempre me encontraría cuando me perdiera.

Me sonrió y tocó mi nariz para besarme la frente. Ella era muy hermosa en verdad. La mujer más bonita de todas.

"Siempre te encontraré" me respondió con una sonrisa juguetona. "No importa que tan bien te escondas".

Cuando ella... se fue, creí que sería una especie de juego de escondidas, en donde ahora, yo tenía que buscarla y encontrarla. Todo este tiempo pensé que era frustrante porque, yo nunca fui tan bueno como ella. Yo no podía encontrarla tan fácilmente. Todo este tiempo caminé con una venda en mis ojos creyendo que el juego era así y ahora comprendo que en realidad nunca fue diferente.

Nunca cambiamos los papeles.

Ella seguía siendo la que me buscaba.

Y al fin me encontró.

"¿Mamá?" preguntaba mientras caminaba entre las tenues nubes que comenzaban a habitar cada rincón de la mansión. "¿Mamá?"

Parecía que no sabía decir otra cosa. Mis pies le seguían mientras sentía una sensación o presencia extraña y si podría hacerlo, juraría que estaba acompañado de un aroma bastante extraño. Lo único que podía pensar era sobre un vacío que se tatuaba en mi corazón fantasmal. Todo esto tiempo papá y yo creíamos... él creía..., pero no. Y lamento mucho el no poder verle y decirle que todo está bien ahora, porque mamá está bien y en un lugar mucho mejor...conmigo.

Su cabello se miraba aún más radiante al igual que su piel, aunque aún portaba ese vestido azul que tanto le gustaba, el cual, por cierto, fue diseñado por él.

"Recuerda el camino, ¿vale?" me dijo ella al detenerse y soltar mi muñeca. "No lo ignores, sí lo ves, debes tomarlo, prométemelo"

"Mamá..." volví a decirle. Quería abrazarla. Quería ser consolado en sus delgados y suaves brazos. Ella sólo me miró y tomó ambas de mis manos al sonreírme. "Te dije que siempre te encontraría, gatito. Ahora... pórtate bien".

No entendía por qué tenía que irse, y tampoco entendía en dónde estábamos. Todo comenzaba a oscurecerse dejando ver sólo pequeños destellos rojizos que emanaban calor a mi cuerpo frío.

"Te has demorado bastante" comentó aquella rasposa voz detrás de mí, pero yo no pude distinguir nada.

"¿Quién es?" pregunté.

Me extrañé al observarme en un pequeño cubículo con paredes de un rojo crema y pinturas chinas colgadas en los muros. Tenía como un pequeño presentimiento de que este era el origen de aquel peculiar aroma que desde hacía algunos momentos me atormentaba e imposiblemente pude mirar un destello blanco envolverme dejando apreciar mi forma civil. ¿Cómo pasó eso? Yo que lo intenté tantas veces.

"Maestro, Plagg ha despertado".

Y tras una cortina de neblina ante mis ojos fue revelado la presencia de un pequeño humano de barba y ojos rasgados. Lo conocía de alguna parte, tenía el recuerdo vagando en el espacio. Él me examinó y yo me pude percatar de que no estaba solo, tenía a dos pequeñas criaturas haciéndole compañía... dos criaturas a las cuales yo pude identificar como kwamis.

No me olvides [Marichat-TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora