[Los bellos fantasmas 1/2]

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"¿De verdad eres tú?"

"Soy yo, m'lady. Quisiera tener el tiempo para convencerte de que soy, pero no lo tenemos, y el maestro Fu ha sido enfático en que debemos resolver esto cuanto antes".

"Es que... aún me parece..." increíble, pensó, y con duda, se acercó hasta estar cara a cara, extendiendo su mano temblorosa para sentir aquella nube fría y que parecía ser fácil de desvanecer. "Yo, lo siento, lo sigo procesando".

"Yo entiendo" habló el fantasma. "Yo también... si es que eso es posible" río suavemente, "pero me veo bien, ¿no lo crees?" le dijo para quitar aquella tensión en el ambiente entre ambos, haciendo gestos y posando entre los saltos que daba en los tejados.

Logrando su cometido, la mujer detrás del antifaz rojo río y llegando a su punto de partida, permaneció quieta y paralizada, como si pensara en lanzarse al vacío, como si el miedo atara sus pasos, pero en realidad, solo recordaba la plática previa que tuvieron con el maestro antes de salir a su batalla.

"¿Estás seguro de lo que quieres hacer, Chat Noir? Puede ser muy peligroso" hablaba el anciano frente a los héroes luego de haber cargado la caja de los prodigios y volverla a esconder en su escondite habitual.

"Sé que lo parece, maestro, pero estoy seguro de que las cosas no saldrán de otra manera si todo se ejecuta como lo planeé"

"Tengan mucho cuidado y recuerden que el efecto no durará mucho tiempo, así que deben darse prisa" acentuó el maestro.

"Lo que nos ha dado ha sido más que suficiente, maestro" intervino ella para brindar calma y confianza al plan del héroe.

"Una promesa por otra Chat Noir."

Una promesa por otra... aún no podía entenderlo. Y de todo el plan, eso le daba la mayor incertidumbre. Se giró al héroe que esperaba la señal para emprender la primera misión de esta batalla final y le extendió dos cajas de prodigios segura de su decisión.

"Sé que hay personas que quisieras ver, y creo que tú serías el adecuado para entregárselos".

Observó la peineta dorada y la pulsera verdosa respectivamente, y sin dudar, no rechazó la oferta.

"Nos veremos en pocos minutos, m'lady".

"Ve con cuidado, Chat Noir".

Y fue entonces que le miró ir en otra dirección, tal como aquél último día en el que él respiraba y ella le negó el habla. Se preguntó si aquel sentimiento que se albergaba en su pecho significaba que sería la última vez que eso pasaría.

[**]

Ha llegado al balcón de la lujosa habitación de hotel y se acercó a tocar el vidrio de aquella puerta deslizante. Esperó algunos segundos, pero impaciente por el poco tiempo y temiendo que ella no se encontrara allí, decidió deslizar la puerta con delicadeza, divisando a la rubia entrar molesta a su habitación.

"Por su seguridad, permanezca aquí, madame"

"Es rídiculo, ¡altamente rídiculo!" chillaba ella yendo a su sofá para dejarse caer en él, sin obtener éxito al intentar relajar sus músculos. En su pantalla de televisión se visualizaban las noticias de último momento.

No podía ser útil ni proteger París porque no tenía el equipo necesario para enfrentarse a un villano de esa talla. ¡Qué tontería! Su mejor amigo tampoco lo tenía y siempre fue un héroe.

Su mejor amigo.

Fue cuando sus facciones se relajaron al pintarse de tristeza. Nada era lo mismo desde que él se fue, porque sin duda, cuando Adrien murió, una parte de ella también.

No me olvides [Marichat-TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora