//El comienzo de todo//

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Durante el transcurso de la vida conoces muchas personas, personas alegras, amigables, extrovertidas, coloridas, habladoras, valientes, personas tímidas, reservadas, tristes, crueles, mezquinas, calladas; conoces muchas personas y cada una te trae algo nuevo, algo distinto, te enseña una nueva forma de ver el mundo, te deja una sonrisa tras su partida o una cicatriz dolorosa. Yo he conocido muchas personas, de esas que regalan galletas y un sentimiento cálido y de esas que inspiran miedo y causan dolor, muchas de estas últimas en realidad pero, luego lo conocí a él, a este chico de cabello casi dorado y piel bronceada, de ojos mieles y sonrisa forzada, este chico que era realmente malo en todas las disciplinas artísticas y que sin embargo, era increíblemente ágil para los números y los deportes.

No compartíamos demasiadas clases, realmente sino fuese porque se obliga a los estudiantes a tomar aunque sea una clase artística por parcial no lo hubiese conocido. La primera vez que lo vi llegaba al salón de pintura con los cabellos desordenados y pegados a la frente, la camisa arrugada y la chaqueta a medio poner, la mochila colgando y el maletín con pinturas algo sucio.

"Estaba en deportes y se me hizo tarde. Lo siento"

Fue lo que dijo antes de entrar y tomar asiento en la cuarta fila junto a la ventana, dos asientos por delante de mí.

Se nos pidió dibujar lo que quisiésemos y luego pintarlo por ser el primer día, querían ver nuestras técnicas y nivel, yo dibujé una acogedora casa junto a un ahorro, con un enorme jardín de gardenias, lirios y rosas, paredes color pastel y techo rojizo, era como sentirme en casa de mi abuela comiendo dulces y hablando de libros. Discretamente repasé con mi vista los trabajos de mis demás compañeros. El de este chico en particular llamó mi atención porque aunque me esforcé mucho no sabía que era y cuando la maestra le preguntó no pude evitar sonreír. Era gracioso.

"Quise dibujar el gato de mi hermana, realmente lo odio pero, a mitad del camino me di cuenta de que era inútil y dibujé una simple casa ¿Ya puedo irme?"

Enserio sigo preguntándome hasta ahora que tan abstracta era esa casa.

La siguiente vez que lo vi no fue en los mejores términos, yo iba camino a mi clase de biología con una ridícula maqueta sobre el ciclo del carbono, maqueta por la que no había dormido dos noche seguidas y maqueta que este chico en particular destruyó antes de ser presentada con un balón de básquet. Mis ganas de llorar aparecieron enseguida, esa maqueta me había costado mucho, y no sólo por el tiempo sino el conseguir los materiales y terminarla sin recibir gritos por "perder el tiempo".

"Rayos...yo...enserio lo lamento" "Soy un idiota, enserio, uhm, y-yo haré la maqueta de nuevo, es mi culpa" "¿Hoy? Joder, no puede ser, lo siento, lo siento tanto. Déjame hablar con tu maestra, rayos, enserio soy un idiota"

Sean Fortier era el nombre de este chico, chico del que días después sabría era hijo de una reconocida diseñadora de modas española y famoso empresario francés. Ese era Sean Fortier.

Después de ese incidente él se percató de que compartíamos la clase de pintura.

"¿te molesta si me siento aquí?" preguntó, colocando su mochila en el asiento junto a mí

"adelante" respondí "es un país libre"

"oye, yo de verdad siento lo que pasó" volvió a disculparse "¿tu maestra te puso la calificación?"

"me dejó el diez, tranquilo, no es nada" negué despacio

Él asintió, empezando a sacar sus cosas "¿qué debemos pintar hoy?"

"un paisaje natural, como un bosque" imité su acción, colocando el lienzo frente a mí "nos enseñarán a dar pinceladas para los detalles"

ArtesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora