Cap. 11

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El menor aún se encontraba en el suelo inmóvil,
dando unos sollozos bajos, en ese momento lo único que deseaba era que no lo viera nadie en tal estado tan lamentable, comenzaba a intentar levantarse pero solo conseguía moverse un poco expulsando unos bajos gemidos de dolor.

-ngh, maldición.- decia en voz baja lleno de rabia.

Después de unos minutos neah volvió a conseguir su forma física e inmediatamente se acercó a dónde se encontraba el menor.

-Allen!- neah tomo al menor y lo sentó aún de lado frente a él mientras que el adolorido se apoyaba en el pecho de quien lo sujetaba dando unos quejidos de dolor- déjame levantarte.- el mayor cargo estilo princesa al castaño y lo llevó a la habitación y al entrar dejó al menor recostarse en la cama.-voy a buscarte un cambio nuevo y prepararé el baño.-dijo el mayor lo más tranquilo posible mientras comenzaba a hacer lo que le había dicho a quien permanencia en la cama.

-neah...- dijo el menor en un susurro que pudo ser percibido por el mayor.- ve con Kirara, yo estoy bien además, quiero saber como está.- dijo el castaño moviéndose de la cama torpemente.

-Allen... será mejor que no te muevas o vas a sentirte peor.- dijo el mayor acercándose.

-te he dicho que estoy bien!- grito.- ya estoy acostumbrado a esto... por favor, ve a revisar cómo está Kirara.- dijo éste caminando con la piernas temblorosas hacía él baño.- hazlo con  por favor.- dijo sin dirigirle la mirada.

-esta bien.-Neah agachó la cabeza y se fue.

En cuanto se escuchó a la puerta terminándose de cerrar, Allen cayó de rodillas al suelo comenzando a llorar en silencio para no alarmar a quienes estaban en la casa.

-por qué la desgracia me persigue? ¿Qué le diré a Yuu? ¿Qué pensará de mi?-sus sollozos aumentaron.- me dio una oportunidad y le terminé desperdiciando, ¿Acaso aún merezco vivir?- decia a sí mismo.- ¿acaso esto cambiará algo? ¿Si desaparezco habrá algún cambio?
Sí eso pasara no creo que haya algún cambio o problema.- al menor se le borró ese escaso brillo que le quedaba a sus ojos, Allen estaba destrozado en todos los aspectos.-a quién engaño, ni el puto valor de quitarme mi miserable viva tengo, soy una vergüenza de existencia después de todo, solo existo para que Dios se burle de mi.- sonrió cínicamente al mismo tiempo que se levantaba con un cambio de ropa para irse a dar un buen baño.

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Un poco lejos de la ciudad, en un gran edificio se encontraban tres personas en una mesa de la cafetería del mismo.

-Kanda, ¿Cuando vas a ir a verlo?-pregunto una peliverde.

-lo más rápido posible.- dijo el joven general.

-nosotros iremos contigo.- dijo la chica.

-no, está vez iré solo.- dijo el mayor aparentemente relajado pero sus puños apretados le delataban su alta preocupación.

-pero...-los exorcistas observaron con preocupación al azabache.

-iré solo.- el general se fue de la mesa para dejar sus platos y luego irse a cualquier lugar que fuese su destino.

Los exorcistas que aun permanecían en la mesa se quedaron con la intriga y curiosidad de ir tras el general, más ellos sabían que si le desobedecian estarían en graves problemas.

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El castaño había acabado de ducharse, a pesar de sentir ese abrumador dolor en la parte baja de su cuerpo se cambio lo más rápido posible y entre quejidos se dirigió a dónde estaba su hija, tenia un nudo en el estómago, tenia una abrumadora necesidad de ir a ver como se encontraba su hija, estaba realmente preocupado.

¿por qué te fuiste? (D gray man/ Yullen) [C O R R I G I E N D O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora