Cuando Harry despertó la mañana siguiente, Ginny ya no estaba pero Snape si, y había comenzado el día quejándose.
—Si quieres que este lugar sea un chiquero, allá tú, pero no utilices mi cama para tus cochinadas, y si lo haces al menos límpiala—se quejó Snape, sosteniendo sus sabanas sucias entre la punta de los dedos—.
—Tienes suerte que eso sea lo menos que haya hecho—replico Harry con voz ronco, dándose vuelta para quedar boca abajo. Se froto la cara, adormilado, y vio un papel sobre la mesa de noche. Potter la tomo y distinguió la letra de Ginny. "Supuse que preferirías no encontrarme aquí en la mañana, cielito. De cualquier manera tenia partido hoy en Berlín. ¿Quieres que almorcemos? G.W. PD: Si me llamas cielito, te invitare la comida"—.
—oh, ¿Sigues enojado por esa pequeña broma?—cuestiono Snape en tono condescendiente—.
—Claro, una broma. Espero que sea igual de gracioso cuando te de tan duro que no puedas volver a sentarte en una semana—replico Harry, aunque ahora sonreía. La carta de la chica le había hecho gracia. Quizá hasta fuera a almorzar con ella—.
—Pensé que ya te habías calmado con la pelirroja—replico Snape, apoyándose en el poste de la cama—. Era linda.
—Ya lo sé—replico Potter—. De tu estilo, ¿No?
Snape se encogió de hombros.
—Sin duda no es el tuyo—contesto—. Pensé que eras gay.
—¿Y a ti que?—replico Harry, sentándose en el borde de la cama. Al ver que Snape recorrió su cuerpo con la mirada, recordó que estaba desnudo—.
Snape se encogió de hombros. Esa fue toda su respuesta.
—Vamos a ir a almorzar—anuncio Potter, levantándose—.
—oh, ¿Me invitaras a una cita, cielito?—cuestiono en tono burlón Snape—.
—Si fuera por mí te dejaría aquí, pero no puedo—replico Harry—. Voy a almorzar con Ginny.
—¿La pelirroja?
—La pelirroja.
—¿Tan rápido necesitas follar de nuevo?—cuestiono Snape enarcando una ceja, dirigiéndole una sonrisa burlona a Potter—.
—Algunas personas se reúnen con sus amigos solo porque quieren verlos ¿Sabes? Charlar, ver cómo están...—replico Harry, tomando una toalla y metiéndose al baño—.
—¡Y para follar!—escucho Potter que Snape gritaba—.
. . .
—Tengo el placer de ver a Potter dos días seguidos, ¿Debería sentirme especial?—cuestiono Ginny, dirigiéndole una sonrisa burlona. Acababa de salir de las duchas luego de haber ganado el partido—.
—Yo lo veo todos los días, si quieres te lo regalo—replico Snape, aunque claramente Ginny no lo escucho. Potter ni siquiera se molestó en dirigirle una mirada hostil—.
—Por un partido así de bueno, podría venir todos los días—le contesto Harry, sonriendo—.
—Sinceramente, no creía que vendrías. No sé cuándo fue la última vez que aceptaste venir a uno de mis partidos—replico la pelirroja. Parecía ofendida—.
—Pues... ya sabes. Lo siento. He estado ocupado—replico Harry, rascándose la nuca, e ignoro el "¿Haciendo que?" de Snape—. ¿Vamos a almorzar?
—claro, solo dame un minuto. Tengo que firmar un par te autógrafos y vamos, ¿Esta bien?
—claro, aquí te espero.
—Linda y famosa, ¿Qué más quieres, Potter?—murmuro Snape en tono burlón—.
Harry espero hasta que Ginny se perdió de vista antes de contestarle.
—Más te vale que te comportes, porque aun puedo cumplir mis amenazas—replico Harry, sin mirarle—.
—yo que tu dejaría de amenazar con follarme a mí y pensaría en follar ese hermoso trasero—murmuro Severus, observando a Ginny alejarse—.
Harry no pudo evitar golpearlo. Le caía mejor el Snape gruñón.
. . .
—Y dime, Potter...—murmuro Ginny, sorbiendo lo último de su bebida. Miraba a Harry con una sonrisa descaradamente coqueta—. ¿Me dirás quién te tenía así ayer en la noche?
Potter por poco se atraganta con un pedazo de pan.
—Ya te dije que nadie—contesto Harry entre toces—.
—Pues cuéntame quien es esa tal "nadie".
—¿Por qué asumes que es una ella?
Ginny enarco una ceja, entre curiosa y divertida.
—¿Él?—cuestiono—.
—No, solo quería hacerte dudar.
—Dios, un gay reprimido, lo que me faltaba—dijo Snape, bufando. No había dejado de molestar desde que se habían sentado a comer (Harry y Ginny, claro. Él no podía comer) —.
—Bueno, dime quien es ella—pidió Ginny, inclinándose sobre la mesa hacia Harry. Ante el gesto de Harry, agrego—: o como es. Algo. Lo que sea.
—Déjame contarte: tiene el pelo negro, los ojos negros, la piel pálida... ah, y una gran polla entre las piernas—replico Severus, solo para molestar a Harry—.
—No puedo describir a alguien que no existe—replico Potter, ignorando a Snape—.
—¿Seguro?—cuestiono la chica, enarcando las cejas—.
—completamente.
—¿Ah, sí? Genial—Harry no se esperó la sonrisa que lleno la cara de la chica—, porque hay una fiesta este fin de semana. Me gustaría que fueras conmigo.
Snape y Harry estaban igual de sorprendidos.
—¿Cómo tu amigo?—cuestiono Harry de forma cautelosa—.
—Como mi cita.
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Dos Pizcas de Confusión y Una de Muerte
FanfictionLuego del final de la guerra nos encontramos con un Potter deprimido y sin un propósito, que cada vez se convence más a si mismo de lo inútil que es su vida. Esta encerrado en su habitación, soportando el dolor, sin comer o levantarse. Cuando comie...